No se encuentran muchas empresas fundadas en 1957 que sigan vivas. Los negocios turísticos son muy sensibles a los vaivenes internacionales; sin embargo en algunos casos las raíces son profundas. En una historia (repetida) de superación ante los desastres, este camping decano se prepara para aprovechar una temporada extremadamente atípica
Por más historia que acumule una empresa no deja de formar parte de un complejo ecosistema, donde los desequilibrios se magnifican en poco tiempo. La pandemia del COVID-19 marca un antes y un después en impactos sanitarios sobre la economía mundial.
El Turismo como punta de lanza de la economía española ha sufrido un durísimo revés; literalmente uno de esos golpes que no se ven venir y tumban.
Una a una, todas las piezas han ido cayendo dejando una estela desastrosa que afecta de lleno al Turismo. Casos como Kim’s Camping se repiten por toda Europa y el Mundo.
Kim’s Camping se encuentra en la zona centro de la Costa Brava, una zona privilegiada del Baix Empordà que aún en un contexto de turismo de masas ha sabido conservar buena parte de la esencia que cristaliza, precisamente, la marca Costa Brava.
Ubicado en la población costera de Llafranc, uno de los núcleos de población del municipio de Palafrugell, Kim’s Camping abre sus puertas más tarde de lo habitual en su propia historia y en la de todo el sector: el tradicional arranque de temporada de Semana Santa ha sido totalmente pisoteado por la debacle biológica.
De hecho esta empresa familiar de 3ª generación se las ha visto con otros muchos desastres, sirvan de ejemplo las recesiones económicas de 1996 y 2008, o el importante punto de inflexión que supuso la entrada en vigor del Euro como moneda única. No solamente la economía recesiva: estando literalmente ubicado en un ‘entorno natural de calificación rústico paisajístico‘, debe velar por la seguridad e integridad de instalaciones y visitantes, tal como demuestran las mejores prácticas desplegadas en el tremendo verano de incendios en Catalunya de 2005.
Nada parece poder descabalgar al sector turístico en este deseado rincón del litoral de Girona, hoteles, hostales y campings siguen su marcha con una variedad de grados de éxito. Pero siguen.
¿Cuál es su secreto? Observando el ejemplo representativo de Kim’s Camping, se distinguen claramente 3 capas de trabajo: una agenda de renovación de instalaciones sostenible en lo económico y en lo ambiental, una dedicación totalmente orientada al cliente y un compromiso claro con la ya imprescindible digitalización, comenzando con la renovación de su página web en 2019 entre otros proyectos TIC en ciernes.
En boca de Kim y Joana Vilahur, continuadores de la saga familiar: -«Está siendo muy duro: por suerte la plantilla está totalmente comprometida, realmente es un equipo. La situación del COVID-19 ha estallado justo tras terminar los arreglos necesarios y -tras este gran esfuerzo- hay que posponer la entrada en producción.»
-«Pero aprender cosas de temporada en temporada es vital para todos», añade Joana. -«Está siendo una dura lección, poniendo a prueba las capacidades personales y colectivas.»
Deseando toda la salud del mundo tanto al sector como a los futuros vistantes, obra en el mayor beneficio de la industria turística local el hecho de la supervivencia de los alojamientos que apuestan por la calidad, la sostenibilidad y la preservación del entorno natural.
Queda mucho año por delante. Llega la época estival. Es de esperar que la capacidad general de recuperación de la economía española pueda ir a la par de esta región llamada localmente Empordanet, si se completa el cuadro de reservas de acampada y alojamiento fijo como bungalows y apartamentos de la región parece que pueda augurarse un Otoño menos caliente en lo que se refiere al desastre global acontecido y de hecho en pleno desarrollo.