Ya se han cumplido las dos semanas de confinamiento y los niños parecen ser los grandes olvidados. Es tiempo de reflexión, de mirar hacia dentro y de pensar en qué tipo de vida se quiere vivir. Tal y como contaba César Rendueles hace unos días en una entrevista para El Confidencial en España hay 7 millones de niños menores de quince años que ahora mismo están encerrados en sus casas aguantando estoicamente una cuarentena que no llegan a entender y haciendo con mayor o menor desempeño las tareas que les llegan desde sus centros educativos.
Catherine L’Ecuyer, por su parte, invita a hacer una gran reflexión sobre cómo los niños llevan años viviendo en circunstancias antinaturales, madrugando demasiado, pasando el día en el colegio y muchas veces con largos horarios que suman actividades extraescolares, y viendo poco a sus padres. Ellos son unos supervivientes y un gran ejemplo en estos tiempos.
Maria Montessori ya hablaba de la gran capacidad de adaptación de los niños a las circunstancias más adversas, habilidad de la que no disponen los adultos. Y resulta curioso que esta situación se esté dando justo el año en el que se cumple el 150 aniversario de su nacimiento.
Miriam Escacena, guía Montessori, docente y madre de dos niños habla de cómo la pedagogía Montessori puede ofrecer un enfoque más humano a la situación.
En 2017 la revista Nature publicó un artículo en el que resumía varias investigaciones realizadas en torno a esta pedagogía, y una de las primeras reflexiones que aclaraba Chloë Marshall es que para Montessori el objetivo de la educación es permitir el desarrollo integral del niño (intelectual, físico, emocional y social), diferente al de la mayoría de los sistemas educativos actuales, donde el enfoque está en el logro en materias académicas como alfabetización y matemáticas, (competencias que además se miden con exámenes y notas). Por lo tanto, es difícil comparar ambas formas de educar, ya que las expectativas en cada caso son distintas.
No hay que olvidar que ahora disponemos de un recurso muy valioso que no se puede comprar con dinero: tiempo. ¿Y si se aprovecha esta circunstancia excepcional para enseñarles esas pequeñas cosas de la vida? Aquellas habilidades que les permitan desarrollar su autonomía, que redundarán además en su autoestima.
La pedagogía Montessori ya dedica un área de aprendizaje a lo que llama vida práctica, actividades cotidianas del día a día que los niños ven hacer a los adultos, inevitablemente sienten atracción y les gustaría poder aprender.
A nadie le gusta sentirse dependiente, a los niños tampoco.
Es posible enseñarles a responsabilizarse de su propio cuidado, como por ejemplo eligiendo su ropa, vistiéndose y aseándose (aunque tarden mucho más que si lo hace un adulto, no olvidemos que ahora hay TIEMPO). Esto no significa que recaiga toda la responsabilidad sobre ellos ni que los adultos se despreocupen por completo, en absoluto. Significa pararse a explicarles cómo hacer las cosas, ofrecerles herramientas a su medida (como por ejemplo una Torre de Aprendizaje para que puedan llevar al lavabo y verse en el espejo del baño), así como confianza y compañía, pero eliminando ayudas innecesarias: el observar sin intervenir suele ser lo que más cuesta a los adultos.
Torre de Aprendizaje Montessori (Kutuva)
También se les puede enseñar a colaborar en las tareas domésticas, ya sea haciendo su cama, ayudando a poner la mesa, a cocinar recetas sencillas, pelar y cortar frutas… (cada vez existe una mayor variedad de útiles de cocina adaptados a la infancia con mucha atención a la seguridad).
Incluso a ellos les encanta contribuir en el cuidado de otros seres vivos, como por ejemplo regando las plantas o poniendo comida a la mascota cuando la hay.
Esta tabla puede ser un buen punto de partida a modo de orientación para los primeros años, teniendo en cuenta que cada niño es diferente, con unas capacidades y potencialidades diferentes, por lo que siempre debe adaptarse en base a la observación.
1 – 2 años
Tirar el pañal a la basura
Llevar la ropa sucia al cesto
Comer solo (BLW con supervisión)
Colgar su toalla
Limpiarse la cara con una servilleta
Lavarse manos y cara (con ayuda)
Traer pañales y toallitas
Traer su abrigo y zapatos
2-3 años
Guardar juguetes
Colocar cuentos y libros en estantería
Poner la mesa
Limpiar la mesa
Doblar trapos
Tender pequeñas prendas
Barrer el suelo
Regar las plantas
Lavarse cara y manos
Cepillarse los dientes (con ayuda )
Cepillarse el pelo (con ayuda)
Vestirse (con ayuda)
Ponerse el abrigo
Ponerse zapatos con velcro
Ayudar a hacer la cama
Servirse un vaso de agua
4-5 años
Recoger juguetes
Meter y sacar la ropa de la lavadora
Preparar aperitivos sencillos
Recoger la mesa de la comida
Clasificar la basura para reciclar
Limpiar y guardar los platos
Limpiar el polvo
Fregar el suelo
Limpiar las hojas de las plantas
Preparar un arreglo floral
Asearse
Hacer la cama
Emparejar calcetines
Vestirse
Limpiar sus propios zapatos
Aprender a limpiar un cristal
6-7 años
Usar una pequeña aspiradora
Ayudar a poner la lavadora o lavar
Doblar ropa y guardarla
Pelar y cortar frutas y verduras (con supervisión)
Pelar un huevo cocido
Preparar recetas sencillas (con ayuda)
Hacer ensaladas
Prepararse el snack para el cole o parque
Preparar la mochila del cole
Vaciar el lavavajillas
Guardar platos y cubiertos limpios
Lavarse el pelo
Poner comida a las mascotas (con supervisión)
Cambiar el rollo de papel del WC
Limpiar el polvo
Recoger hojas secas
Miriam Escacena es docente en varios proyectos educativos y colabora con CCOO en su plan de formación de enseñanza pública y esta semana dará un curso online gratuito para celebrar que este año se cumple el 150 aniversario de Maria Montessori, así como para ofrecer a las familias recursos y herramientas para pasar esta cuarentena de la mejor manera posible y aprender al máximo junto a nuestros niños.