La red española de estaciones de servicio es un ejemplo en el que se miran otros mercados europeos con economías supuestamente más avanzadas. Está conformada por millares de instalaciones, en su inmensa mayoría atendidas y seguras, que llevan décadas garantizando la movilidad de empresas y particulares.
Y siguen haciéndolo hoy, a pesar de la enorme crisis sanitaria, social y económica en la que nos encontramos sumidos. Nuestros más de 53.000 empleados llevan días dando lo mejor de sí mismos para continuar ofreciendo servicio a quienes no pueden quedarse en casa para que el país no se pare definitivamente.
Así, a pesar del estado de alarma, las estaciones de servicio atendidas y seguras permanecen abiertas, recibiendo y atendiendo todos los días a transportistas, Fuerzas y Cuerpos de la Seguridad del Estado, personal sanitario, etc. Y lo hacen a pesar de que en demasiadas ocasiones su labor pasa desapercibida y en otras son el objetivo de críticas injustas o víctimas de generalizaciones que no se corresponden con el escenario general que se está viviendo en el sector español de la distribución de carburante al por menor.
Y lo que es más importante y preocupante, limpiando y desinfectando los aseos después de cada uso sin contar con los medios que recomiendan las autoridades sanitarias y supliendo esas carencias con un derroche de pasión y vocación de servicio. Los empresarios de estaciones de servicio comparten entre sí “fórmulas magistrales” para la fabricación de desinfectantes caseros con base de lejía, sistemas para improvisar mamparas protectoras para preservar la salud de sus empleados y clientes y recurriendo a la imaginación para combatir la acuciante falta de equipos de protección individual (EPIs) que sufren las estaciones de servicio, que también sufren la escasez de guantes de un solo uso.
Por todos estos motivos, la Confederación Española de Empresarios de Estaciones de Servicio (CEEES) quiere poner en valor la labor que desempeñan las instalaciones atendidas y seguras, únicos puntos de distribución en los que se garantiza el suministro de esos guantes o el acceso a los aseos.
En tiempos difíciles como estos, empresarios y trabajadores del sector ponen toda su buena voluntad para mantener el servicio a sus clientes, a quienes ofrecen todas las facilidades que están en su mano, especialmente cuando se trata de integrantes de colectivos que prestan servicios esenciales.
Por parte de la Administración, “la Subdirección General de Hidrocarburos se está comportando a la altura de las circunstancias excepcionales en las que nos vemos sumidos. Es de agradecer su agilidad y su voluntad de interlocución con un sector estratégico para la economía como el nuestro”, afirma el presidente de CEEES, Jorge de Benito.
Pese a ello, De Benito destaca la complicadísima situación que viven sus asociados. “Esta gravísima crisis pone en peligro la continuidad de 53.000 puestos de trabajo. No obstante, es para mí un orgullo comprobar cómo las estaciones de servicio atendidas y seguras se están creciendo ante la adversidad”, asegura al respecto el presidente de CEEES.
En sus palabras, “emociona ver cómo algunos de nuestros asociados están protagonizando iniciativas aparentemente pequeñas, pero que hacen a nuestro sector muy grande. Hay quien ofrece lavados gratis a los vehículos que prestan servicios esenciales; otros dan café gratis a los transportistas o les franquean el acceso a las duchas; los restaurantes de nuestras estaciones tienen que permanecer cerrados, pero nos las estamos ingeniando para ofrecer un “plato caliente” a los profesionales de la carretera. Y si no una pizza recién horneada. Y si no un bocadillo. Ofrecemos todo lo que tenemos, porque sabemos que la energía que suministramos es imprescindible para que el país no acabe de colapsar”, asegura Jorge de Benito, quien se muestran convencidos de que los empresarios de estaciones de servicio aguantarán -pese a todo- el durísimo golpe que están sufriendo.