No todo vale para todo.
Desde hace ya algunos años estamos asistiendo a un nuevo fenómeno tecnológico, que causa furor y que no deja indiferente a nadie: el WhatsApp.
¡Si, nos referimos ese ruidito incómodo que suena en la mesa mientras comemos más de diez veces y que para algunos implica, parar la comida, la conversación y responder a los que sea! ¡Si, también nos referimos a ese sistema de mensajería gratis en el que parece que siempre hay que poner algo más, responder con una frase extra, añadir un emoticono ¡Y, claro, ¡el mismo donde no es necesario tener ningún tipo de corrección lingüística u ortográfica, ya que damos por hecho que tenemos tanta prisa que cualquier incorrección puede llegar a ser considera como una ingeniosidad de quien lo ha escrito! Pues sí, a ese vamos a referirnos. Vamos a hablar de esta mensajería que ha llegado para terminar con cualquier tipo de comunicación. Ya no sólo con la oral, sino con cualquier otro tipo, -como el correo electrónico-, porque hay quien ha decidido que por wasap se puede comunicar cualquier cosa, y que, además, es lo mejor. Profundicemos sobre este asunto.
Sin embargo, pese a que hay quien parecen tener muy claro que siempre es mejor utilizar este medio al correo electrónico, aquí no lo tenemos tan claro. Cada herramienta es útil para una serie de cuestiones, por lo que, a la pregunta de ¿WhatsApp o correo electrónico? La mejor respuesta creo que sería otra pregunta. ¿Para qué? ¿Para saludar a unos amigos o para enviar un presupuesto? ¿Para recordarle a tu madre que pasas esta tarde a verla o para responder a una posible oferta de trabajo? Depende. Siempre depende.
Parece que si no tienes WhatsApp no existes. Si miramos entre nuestros conocidos apenas encontramos a quien no lo utilice. Es fácil, cómodo y gratis. Tiene más de 1.200 millones de usuarios activos a nivel mundial y eso son muchos usuarios, por lo que podemos decir que es el sistema de mensajería más potente.
Cómo ocurre habitualmente con mucha de la tecnología que nos rodea, no se conoce bien y se utiliza, en muchas ocasiones, de forma incorrecta, desplazado, por ejemplo, al correo electrónico, en muchas acciones en dónde antes no lo utilizábamos. Pero ¿es correcta esa sustitución de un medio por otro? ¿Es lo mismo enviar un WhatsApp que un correo para cualquier acción? ¿Lo estamos haciendo bien?
Existen grandes diferencias entre estos dos sistemas de mensajería, y en esas diferencias podemos encontrar las claves que nos podrán indicar la mejor forma a la hora utilizar una u otra herramienta.
El WhatsApp -cómo su propio nombre indicada -es un servicio de mensajería instantánea, y el correo electrónico no. Con el primero podemos mantener un chat o conversación en tiempo real, mientras que con el segundo no. El WhatsApp no permite enviar archivos que no sean fotografías o vídeos, mientras que con el correo si se pueden enviar todo tipo de ficheros. La cantidad de información que se puede enviar a través de WhatsApp es más pequeña y, además, más difícil de conservar y organizar.
Por su parte los correos electrónicos se pueden abrir en todos los dispositivos, mientras que este servicio de mensajería no se puede utilizar en un ordenador.
Sin embargo, esto, que ya son diferencias y que pueden ayudarnos a decidir para que gestión es válida cada herramienta, tiene lo que desde nuestro punto de vista acaba de determinar la diferencia y la utilidad que debemos dar a cada medio. Un aspecto que olvidamos, con demasiada frecuencia, y es el de la seguridad. Aquí el correo electrónico hace valer sus herramientas para poder garantizar esa seguridad, cosa que con el WhatsApp no puede aplicarse.
Por todo ello nuestra recomendación al respecto es bien clara. Utilizar la mensajería instantánea de WhatsApp para intercambio de información que no sea delicada, dedicándola al ámbito más ligero, como para notificaciones y avisos, charlas amistosas. Así como utilizarlo lo menos posible a nivel profesional, salvo en temas de menor importancia y que no afecten a la información sensible de las personas y de la empresa. Por todo ello, a los clientes hay que hacerles hincapié en que la relación con la empresa debe hacerse normalmente por correo electrónico para una buena relación, de forma que queda fechada, ordena y que el material que se envíe esté lo más seguro y protegido posible durante todo el proceso de comunicación. Recordemos también a los clientes que el WhatsApp es invasivo y por lo general se utiliza con gente más próxima y para cuestiones ligeras.
Poder contactar con alguien por WhatsApp es rápido y cómodo y, como comienzan a descubrir muchos informes, incluso adictivo. Se suele utilizar para conversaciones ligeras e intercambiar imágenes y vídeos. Es un medio más invasivo y, sobre todo, se utiliza a cualquier hora del día. Por todo esto nuestra recomendación es tratar de no utilizarlo para cuestiones de trabajo, que podamos
hacer por email en un horario laboral, marcando la diferencia también a través del tipo de canal, y así del tipo mensaje que estamos enviando. Quizás el email personal pueda verse en ocasiones devorado por el uso de WhatsApp, pero en ninguna circunstancia recomendamos utilizarlo en lugar del email profesional o de empresa.
Y, por último, al igual que no se nos ocurría enviar un correo electrónico con faltas de ortografías o presupuestos mal redactados, deberíamos tener el mismo criterio para nuestro uso con la mensajería instantánea que es el WhatsApp. No sabéis el placer que da encontrar un mensaje de que lleva todas las letras y que está incluso acentuado. Es un verdadero placer. Si no lo habéis experimentado no está nada mal que lo intentéis.