La plataforma Empresas por la Movilidad Sostenible ha organizado un workshop en el que han participado empresas como Alphabet, AUVE, EVBox y COGITI. Los expertos coinciden en que la interoperabilidad es clave para el desarrollo de la movilidad eléctrica en España
En 2023, España deberá contar con, al menos, 100.000 puntos de recarga instalados y 250.000 vehículos eléctricos circulando por sus carreteras. En 2030, la cifra de vehículos libres de emisiones deberá ascender a 5 millones. Sin embargo, España está a la cola en comparación con el resto de los países europeos, tanto en penetración de vehículos electrificados como en lo que a infraestructura de recarga se refiere.
Mientras que Alemania, Italia o Francia doblaban sus ventas en 2020 con porcentajes del 206%, 204% y 159%, respectivamente, España registró un incremento del 78,5%, cerrando el año con un total de 35.045 vehículos eléctricos, según datos de ACEA, la patronal europea de fabricantes automovilísticos.
Estas cifras evidencian que aún existen barreras para el desarrollo del vehículo eléctrico en España. Con el objetivo de identificarlas para poder minimizarlas, la plataforma Empresas por la Movilidad Sostenible ha organizado un workshop en el que han participado empresas como Alphabet, proveedor líder de Movilidad Empresarial; Asociación de Usuarios de Vehículos Eléctricos (AUVE); EVBox, líder en innovación de tecnología de recarga de vehículos eléctricos; y Colegio Oficial de Graduados e Ingenieros Técnicos Industriales (COGITI).
Los expertos coinciden en que, ahora más que nunca, es necesario posicionar al usuario en el centro de la movilidad. España se encuentra en un punto de inflexión. Las ayudas anunciadas del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la Economía Española y la reciente aprobación del Plan MOVES III, suponen una oportunidad única para acelerar la consecución de los objetivos establecidos con relación a la movilidad eléctrica.
“Aprender y replicar las buenas prácticas que ya están funcionando en otros países y vincular los fondos públicos a proyectos que posicionan al usuario en el centro, cubriendo las necesidades de los conductores de vehículos eléctricos, garantizará que dichos fondos se apliquen de forma coherente y eficaz y sean el desencadenante necesario para conseguir el cambio”, afirma May López, directora de Desarrollo de Empresas por la Movilidad Sostenible.
Interoperabilidad y subvenciones directas
Para que la red de recarga se desarrolle de forma rápida y se alcancen los objetivos establecidos, es fundamental garantizar la interoperabilidad de la infraestructura de recarga. “El mayor problema al que nos enfrentamos los usuarios de vehículo eléctrico se produce en el momento de la recarga. No existen suficientes puntos y necesitamos varias apps y tarjetas para los diferentes cargadores de carga pública, algo que no ocurre en otros países europeos, como es el caso de Portugal. Además, esto hace que cuando vamos a viajar por España, no sabemos el precio de la recarga, ni si tendremos acceso a los cargadores o necesitaremos descargar otra aplicación más. Esto, junto con ayudas ágiles y directas al usuario como reducciones impositivas, facilitará el cambio hacia la movilidad eléctrica”, apunta José David García, delegado de Madrid de AUVE (Asociación de Usuarios de Vehículo Eléctrico).
Toda esta incertidumbre hace de freno a la hora de dar el salto a la movilidad eléctrica, por eso es imprescindible mejorar la experiencia de usuario en el momento de recargar el vehículo. “Debemos garantizar que el usuario tenga una sensación de recarga más fácil, donde con una simple aplicación pueda recargar y también conocer el precio de forma fácil. Es decir, donde al igual que en otros países europeos u otros sectores como la banca o la telefonía, exista la interoperabilidad. Cualquier estación de recarga financiada públicamente en el marco de los Planes de Recuperación debería, por tanto, cumplir con este requisito, clave para fomentar y acelerar la adopción de los vehículos eléctricos en España”, asegura Borja Moreno, director de España y Portugal de EVBox.
Labor pedagógica, flexibilidad y un plan director
Y es que, España no es el primer país que está en esta transición. Se tienen ejemplos en Europa, como el de Holanda y Noruega, que son casos de éxito de los que se puede aprender e incluso replicar. “Lo que nos falta ahora mismo, es un Plan Director que nos ayude a establecer objetivos y a ordenar y coordinar las acciones necesarias para cumplirlos, trabajando todos en conjunto como país y con una hoja de ruta clara para cada una de las partes intervinientes. Estamos traspasando a la ciudadanía la necesidad, e incluso parte de la responsabilidad, de renovar el parque, pero no les estamos acompañando debidamente para que puedan hacerlo. Es necesario tener un plan de desarrollo que haga que el usuario tome la decisión sabiendo que después no va a encontrarse con problemas derivados de la misma”, afirma Rocío Carrascosa, CEO de Alphabet.
En este punto, la flexibilidad cobra un papel fundamental. “Debemos facilitar a los usuarios soluciones flexibles que les permitan entrar y salir de este tipo de movilidad con facilidad. Uno de cada tres vehículos eléctricos se adquiere en renting. Es patente que el renting se está posicionando como un facilitador indiscutible a la hora de acercar la movilidad eléctrica al usuario final, asumiendo por él las incertidumbres”, añade Carrascosa.
Además, todavía existe mucha desinformación en torno a la movilidad eléctrica que afecta a todos los agentes. “El desconocimiento que tiene el usuario, también existe dentro de las empresas, incluso en los propios profesionales. Por ello, es necesario hacer un esfuerzo en divulgación para avanzar de la forma más rápida y eficiente posible. Debemos garantizar un diseño de soluciones pensando en la escalabilidad a futuro, garantizando la eficiencia energética de cara a proteger la red y asegurando que estas también llegan a las zonas rurales”, indica Ana Jáuregui Ramírez, vicepresidenta de COGITI.