Las balsas de riego son recipientes diseñados para almacenar agua utilizada en el riego de plantas y cultivos. Estos depósitos pueden construirse con diversos materiales como plástico, lona o cemento, y se emplean tanto para sistemas de riego por goteo como por aspersión.
Su utilidad radica en su eficiencia y accesibilidad para proveer el vital elemento a cultivos en regiones con suministro hídrico limitado. Además, son aptas para almacenar agua de lluvia o captarla de fuentes naturales como arroyos o ríos. Aspectos como el tamaño, ubicación y distribución son cruciales al construir o usar una balsa de riego, considerando también la seguridad y el impacto ambiental.
Más allá de su aplicación tradicional en la agricultura, pueden tener otros usos, como la generación de energía solar. La tecnología de energía solar flotante implica la instalación de paneles solares sobre flotadores en la superficie de la balsa. Estos paneles, al estar en contacto con el vital elemento, mejoran su eficiencia al enfriarse, y la energía generada se puede usar para diversos fines, desde bombas de agua hasta iluminación o sistemas de riego.
El uso de energía solar flotante presenta ventajas significativas. Por un lado, aprovecha superficies disponibles sin ocupar tierras útiles, como ocurre al instalar plantas solares en tierra firme. Además, al utilizar la balsa de riego para enfriar los paneles, se maximiza la eficiencia energética y se evita la evaporación del agua, lo que contribuye a un uso más eficiente del recurso hídrico.
La instalación de energía solar flotante no solo mejora la calidad del recurso al reducir la exposición al sol y prevenir la proliferación de algas, sino que también ofrece beneficios ambientales al evitar la evaporación y promover un uso más eficiente del líquido. Sin embargo, es importante considerar las condiciones específicas de cada ubicación y realizar un análisis de viabilidad antes de implementar este tipo de sistemas en balsas de riego.
Además, es fundamental realizar un mantenimiento adecuado para garantizar su buen funcionamiento y la calidad del agua almacenada. Esto incluye reparar daños estructurales, eliminar residuos orgánicos, controlar el crecimiento de algas y realizar pruebas de calidad del recurso de manera periódica. Aunque este mantenimiento puede ser costoso, es crucial para asegurar la eficacia y seguridad del sistema.
Para proteger este suministro, se debe realizar la impermeabilización de balsas de riego, un proceso fundamental para asegurar la eficiencia y durabilidad de estos depósitos utilizados en la agricultura. Consiste en aplicar materiales impermeabilizantes en la superficie y paredes de la balsa para evitar pérdidas por filtraciones y asegurar un almacenamiento adecuado. Esta medida no solo protege el recurso hídrico, sino que también contribuye a optimizar el riego de cultivos al mantener una reserva constante y evitar desperdicios.
“La impermeabilización protege el suministro desde abajo de cualquier tipo de erosión y contaminación del terreno, reduciendo el riesgo de enfermedades asociadas”, comentan en AceSan. La integración de balsas de riego y energía solar flotante ofrece una solución efectiva y ecológica para la gestión del agua en la agricultura, promoviendo una utilización más consciente de los recursos naturales y una respuesta adecuada a los retos medioambientales contemporáneos. Esta combinación no solo impulsa la eficiencia en el riego, sino que también fomenta un enfoque sostenible que beneficia tanto a los agricultores como al entorno natural.