20 de mayo, Día Internacional de la abeja. A pesar de que a primera vista parecen insectos iguales, son muchas las diferencias que les separan
Para la eliminación de las plagas de avispas, los profesionales cualificados de Rentokil Initial proponen llevar a cabo métodos de control. Las abejas al ser una especia protegida, lo indicado es contactar con un apicultor para trasladar el panal a una zona segura.
La ONU declaró el 20 de mayo el Día Internacional de la Abeja para crear conciencia sobre la importancia de los polinizadores, las amenazas a las que se enfrentan y su contribución al desarrollo sostenible. El objetivo principal es proteger a las abejas y a otros polinizadores para que puedan contribuir de forma significativa a resolver los problemas de suministro de alimentos en el mundo y acabar con el hambre en los países en desarrollo.
La abeja, especie protegida, es productora de miel y reconocida como el insecto más valioso desde el punto de vista económico, debido a que produce miel y cera, pero su principal utilidad es su papel en la polinización, un servicio imprescindible para la producción agraria para lograr la fertilización y la continuidad del ecosistema. Se calcula que el 90% de plantas silvestres y el 75% de los cultivos para el consumo dependen de esta actividad.
Pero mientras la abeja es una especie apreciada y valorada porque aportan beneficios a la salud con sus productos naturales, una prima hermana suya y con la que habitualmente solemos confundirla, la avispa, es catalogada como criatura inútil y una simple plaga, causando aversión en gran parte del público.
A pesar de que tradicionalmente tanto abejas como avispas se han representado gráficamente como pequeños insectos negros con rayas amarillas, entre ellas existen muchas diferencias tanto por su morfología como por su alimentación y comportamiento. ¿Seríamos capaces de reconocerlas a simple vista? Rentokil Initial ofrece una pequeña guía para identificarlas correctamente y no salir corriendo al primer zumbido.
Color
Aunque a simple vista, nos parecen exactamente iguales en tamaño y color, la diferencia entre las dos es notable. Mientras las abejas son de color pardo con un tono amarillo, casi anaranjado, las avispas son amarillas o de color pardo oscuro (marrón) y u con franjas amarillas brillantes.
Tamaño
Anatómicamente, las abejas son más robustas y peludas, mientras que el exoesqueleto de una avispa tiene sus curvas más pronunciadas y una superficie más brillante. Lo que tienen en común son sus tres secciones: cabeza, tórax y abdomen, pero también difieren en la forma de sus alas.
En cuanto a sus medidas exactas, la diferencia entre avispa y abeja no es tan notoria. Las abejas miden entre los 2 y 3,9 centímetros, dependiendo de la especie y la casta. Por otro lado, las avispas suelen medir en promedio entre 2,5 y 3,5 cm.
Alimentación
Desde el punto de vista de la alimentación hay una diferencia esencial que condiciona su comportamiento. Mientras las abejas se alimentan de néctar y polen que recolectan de las flores, las abejas son omnívoras y por eso se ven atraídas por las comidas de nuestra mesa. ¿Cuántas veces hemos recibido la incómoda visita de las avispas cuando estamos comiendo en el campo?
Picadura
En cuanto a su picadura, la avispa puede picar varias veces y esto se debe a que su aguijón es liso. Puede entrar y salir sin ningún problema en la superficie que penetra. El aguijón de la abeja, por su parte, es similar a una pequeña “sierra” que, cuando pican no puede retirar y se queda fija en la piel.
Al picar, las abejas mueren, ya que junto con su aguijón se encuentra parte de su sistema digestivo, algunos nervios y músculos importantes.
Nidos
Si hablamos de las abejas, hay que diferenciar las colmenas, las estructuras fabricadas por el hombre para obtener la miel; y los nidos, que contienen múltiples panales, que estos insectos voladores construyen de forma natural, excretando una sustancia cerosa, en árboles o cavidades rocosas.
Las avispas, por su parte, elaboran sus nidos a base de arrancar y masticar fibras de madera, hasta convertirlas en una pulpa acartonada, y podemos encontrarlos en cavidades de paredes, tejados o cerca de fuentes de agua como las piscinas. Si encontrarnos un avispero en nuestro entorno, hay que extremar las precauciones para su retirada y preferentemente contar con la colaboración de expertos en control de plagas o incluso de los bomberos, si se trata de avispa asiática o de un avispero de grandes dimensiones.
Impacto en el ecosistema
Las abejas tienen una función vital para la vida en nuestro planeta: trasportan el polen que favorece el proceso de fertilización para la formación de diferentes tipos de frutos y semillas.
En cuanto a la avispa, es depredadora por naturaleza y suele atacar a otros insectos, ya sea para comérselos o para depositar sus huevos en ellos. Una plaga de avispas puede destruir abejas y colmenas enteras y suelen causar daños a las cosechas, afectando el equilibrio ecológico y convirtiéndose en una amenaza para los seres humanos.
Qué hacer tras una picadura de abeja o avispa
En el caso de tener que tratar una picadura, lo primero es confirmar si se trata de abeja o de una avispa, revisando la zona de la herida si está o no el aguijón. Si ha sido una abeja, hay que extraer el aguijón de la piel sin romperlo, ayudándonos de una pinza o de una aguja estéril y moviendo el aguijón hacia los lados. Lavamos la herida con abundante agua y jabón y, si es posible, aplicamos un antiséptico para evitar la infección.
En caso de no haber podido evitar la picadura de una avispa, Rentokil Initial aconseja lavar la zona con abundante agua y aplicar frío, por ejemplo, a través de hielo envuelto en plástico o un trapo. Además, si se experimenta mucho picor o dolor, se puede ingerir un antihistamínico o analgésico, respectivamente, para disminuir la reacción, aunque lo más recomendable sería acudir directamente a un centro de atención sanitaria para que evaluasen la picadura.
Tratamientos profesionales de control de plagas
Las abejas, al ser una especie protegida, no pueden ser objeto de tratamiento contra ellas. En caso de tener un problema con abejas, lo recomendado es contactar con un apicultor, que procederá a trasladar el panal a una zona segura.
En el caso de las avispas, pueden construir avisperos al aire libre bajo los aleros o tejas aprovechando estructuras metálicas huecas o en zonas resguardadas de la casa, como cámaras de aire o el tambor de una persiana. Ante la presencia de un avispero, es necesario confiar el trabajo a una empresa profesional de control de plagas.
Para la eliminación de esta plaga, los profesionales cualificados de Rentokil Initial proponen llevar a cabo métodos de control, como las revisiones de los espacios, así como acciones reactivas, entre las que destacan las trampas para las avispas, usándose como un refuerzo a los tratamientos de destrucción de los avisperos.
Fuente Comunicae