VALLADOLID-SEGOVIA-MADRID: 10 AÑOS A TODA VELOCIDAD
Era un 22 de diciembre de 2007 cuando se inauguraba la línea de alta velocidad que uniría Valladolid-Segovia-Madrid. Desde entonces, y recién cumplidos 10 años de ese momento, más de 41 millones de viajeros han utilizado este servicio que cubre los 179,5 kilómetros de vías que separan la ciudad pucelana de la capital española. Este hito se ha saldado con unos índices de fiabilidad y calidad que han permitido a los trenes Ave, Alvia y Avant alcanzar una puntualidad media superior al 99%.
La construcción de esta línea supuso rebajar todos los tiempos de viaje entre el norte peninsular (y especialmente Valladolid y Segovia) con el centro (Madrid) y el este de la península en una hora y media, lo que significó una verdadera revolución en estas comunicaciones. Revolución que benefició especialmente a los viajes entre Valladolid y Segovia con Madrid. Antes de la puesta en marcha de esta línea, el trayecto ferroviario Madrid-Valladolid suponía invertir dos horas y media (150 minutos) de viaje. Ahora el tiempo se sitúa en torno a los 60 minutos de media, llegando incluso a realizarse en 54 minutos.
Con la alta velocidad Valladolid se ha convertido en una de las ciudades españolas con mayor número de paradas de este tipo de trenes. De hecho, por la estación de Campo Grande circulan cada día más de 50 servicios de trenes AVE (de alta velocidad para larga distancia y ancho estándar), Avant (de alta velocidad para media distancia) y Alvia (de alta velocidad y rodadura desplazable que les permite circular por vías de ancho estándar y vías convencionales)
De todos los viajes realizados en esta línea, más de 26,5 corresponden a Servicios Comerciales de Renfe (Ave, Alvia, AV City) y otros 14,5 millones se realizaron en Avant que son servicios especialmente utilizados por viajeros recurrentes que se benefician de abonos de transporte que les permiten realizar ese viaje por un precio muy competitivo. Estos viajeros, además, pueden ir y volver en el día, lo que convierte al Avant Madrid-Segovia-Valladolid en un tren que podría considerarse ‘cercanías de alta velocidad’.
El perfil del cliente de este servicio es el de un hombre (52,4%) de más de 37 años de edad, asalariado y que es un viajero muy frecuente. Lo utiliza en sus desplazamientos para ir a su trabajo y lo elige por su rapidez. Según la última encuesta de calidad, los clientes dan una nota de 7,80 sobre 10 a este servicio Avant. El 93,4% de los usuarios dice estar “muy” o “bastante” satisfechos. Mientras que el tipo de billete más utilizado es el de Ida y Vuelta, seguido de los Abonos (Abono Tarjeta Plus, Plus 10 y Plus Estudiante).
No podemos olvidarnos del esfuerzo inversor que supuso la puesta en marcha de este servicio. La línea de alta velocidad Madrid-Segovia-Valladolid forma parte del Nuevo Acceso Ferroviario al Norte y Noroeste de España, y en su construcción se invirtieron 4.205 millones de euros, inversión integrada en el marco del Plan Estratégico de Infraestructuras y Transporte (PEIT) elaborado por el Ministerio de Fomento para el periodo 2005-2020. Asimismo, forma parte del Eje Atlántico Ferroviario Europeo y es considerada por la Unión Europea (UE) como uno de los 14 proyectos prioritarios en materia de transporte para los próximos años. En este capítulo de inversiones hay que resaltar que Adif destinó el 12% del presupuesto total a garantizar la integración ambiental de la línea, asegurando el cumplimiento de las Declaraciones de Impacto Ambiental y realizando mejoras adicionales en el entorno de forma voluntaria.
25 AÑOS DE AVE EN ESPAÑA
Aunque parezca que lleva toda la vida entre nosotros, lo cierto es que la alta velocidad en España tan sólo tiene 25 años. Eso sí, su llegada marcaba un antes y un después en la forma de viajar de los españoles, no sólo a nivel vacacional, sino también laboral.
En 2016 se celebraba el 25 aniversario de la alta velocidad en España conmemorando el primer servicio AVE que se estrenó el 21 de abril de 1992 entre las ciudades de Madrid y Sevilla coincidiendo con la celebración de la Exposición Universal (Expo´92) en la capital andaluza. Se ponían en marcha trenes con una velocidad máxima de 300km/h que cambiaron el modo de viajar por tierra y recorrer los 471 kilómetros que separan ambas ciudades: 2 horas y 45 minutos en una primera fase y 2 horas y 30 minutos en una segunda.
La transformación que la alta velocidad ha generado en el sistema ferroviario español, y por extensión en el sistema de transporte nacional, puede observarse a través de varios datos. Más de 35,2 millones de viajeros utilizaron los servicios de alta velocidad de Renfe el último año, incluidos servicios Ave, Avant (Alta Velocidad Media Distancia) y Alvia. La cifra no admite comparación con los 1,3 millones de viajeros que utilizaron los servicios de alta velocidad (AVE y Lanzaderas) en 1992 (abril-diciembre). En total, son más de 357,5 millones de personas las que han usado estos servicios desde su puesta en marcha.
El tren es, por tanto, 25 años después del primer servicio de alta velocidad, el principal modo de transporte colectivo elegido en España para trayectos de larga distancia peninsulares. El número de usuarios de servicios ferroviarios de larga distancia de Renfe se ha doblado en este tiempo, desde los 15,7 millones en 1991 hasta los 31,8 millones de 2016. Sin considerar los orígenes-destino fuera de la península, la cifra se sitúa en 30,2 millones de viajeros, frente a los 13,8 millones de la aviación peninsular y los 13,2 millones de viajeros de autobús. Las implicaciones que genera este hecho están conectadas con el sector industrial y ferroviario español, referente mundial, con el sector turístico, donde España es potencia, y con una economía baja en carbono, además de otras consideraciones, como la seguridad, la fiabilidad y la puntualidad de unos servicios que aportan al usuario un valor añadido muy distinto al que el ferrocarril ofrecía al inicio de la última década del siglo pasado.
Hacia un transporte ferroviario de cero emisiones
El 89% del volumen de transporte de viajeros y mercancías de Renfe se desarrolla por redes electrificadas y está, por tanto, parcialmente descarbonizado en base al actual mix eléctrico (53% sin emisiones y 33% renovables). La empresa ya ha reducido su huella de carbono un 56% desde 1990 (año base del Protocolo de Kioto) hasta situarse en 24,2 gr de CO2 por unidad transportada y mantiene activa una estrategia de sostenibilidad y eficiencia energética que incluye un nuevo acuerdo con Adif para profundizar en varias áreas propias del sistema ferroviario, mejora de prácticas de consumo y ahorro de energía o proyectos de innovación para analizar la tracción mediante gas natural licuado o pilas de hidrógeno como potenciales sustitutos del combustible fósil.
Comparada con 1990, la intensidad energética del sector ferroviario (energía final consumida por unidad transportada) ha decrecido un 33% en todo el mundo. Más de un tercio de la energía utilizada en los ferrocarriles es eléctrica y un cuarto de las líneas están electrificadas a nivel mundial.
Actualmente Renfe trabaja para seguir añadiendo valor a sus servicios de alta velocidad antes, durante y después del viaje. Los clientes son cada vez más autónomos, exigentes y viven conectados a comunidades virtuales que exigen la adaptación a un entorno marcado por la gestión de los datos, la personalización y un servicio directo y transparente. La plataforma de conexión wifi y contenidos PlayRenfe, disponible en el AVE Madrid-Sevilla y en estaciones de Cercanías, es un buen ejemplo de innovación, personalización y digitalización propios de nuestra era, donde el catálogo de oportunidades para que el cliente de valor a su tiempo se ha multiplicado.