Miryam Briz / Negocios Castilla y León – 7 Feb.
Nueva York es una de esas ciudades que deben visitarse al menos una vez en la vida. Una de las sensaciones más curiosas al pisarla por primera vez es la de estar en un lugar familiar, como si no fuera la primera vez que paseamos por sus calles. Su aparición en numerosas películas y series de televisión la convierten en un emplazamiento mágico donde cada rincón es especial.
sucesos paranormales. En esta travesía también se encontraba la famosa juguetería FAO Schwartz donde Tom Hanks bailaba encima del piano en Big, pero lamentablemente para los turistas, cerró sus puertas en 2015. La Quinta Avenida, que atraviesa Nueva York de norte a sur, es para muchos la zona más exclusiva de la ciudad donde se encuentran las tiendas de las más prestigiosas marcas del mundo como Apple, Cartier, Gucci, Louis Vuitton o Versace. Pero si paseamos por ella también encontraremos otros grandes atractivos como la Catedral de San Patricio, la famosa torre de Donald Trump o el que es sin duda uno de los edificios con más encanto de Nueva York, el Flatiron que además de sorprender por su arquitectura triangular presume de ser uno de los más antiguos de la Gran Manzana.
En la zona más antigua de la ciudad, conocida como el bajo Manhattan, encontramos el distrito financiero de la ciudad. Su calle principal, Wall Street, acoge la Bolsa y el Federal Hall, el primer ayuntamiento de Nueva York. En sus proximidades es de obligada visita el nuevo World Trade Center que nace como sustituto al anterior complejo destruido tras los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001. Presidido por la que se ha convertido en la construcción más alta de Nueva York, la Torre de la Libertad, de 541 metros, cuenta con cinco edificios de negocios, una terminal de transporte de pasajeros y un museo en memoria de las víctimas del 11-S.
En esta parte de Manhattan se encuentran también algunos de los barrios con más personalidad de esta cosmopolita ciudad como Chinatown, Little Italy, Greenwich Village o el Soho y el que es otro de los grandes iconos: el puente de Brooklyn. Durante 20 años fue el puente colgante más grande del mundo y marcó un hito en la historia al utilizar el acero para su construcción. Cuenta con dos niveles: el inferior, por el que circulan a diario más de 145.000 vehículos y el superior, con pasarela peatonal y carril bici. Recorrer sus casi dos kilómetros de longitud al atardecer es, sin duda, una de las actividades más especiales de las que disfrutar en Nueva York.
Pero no todo son rascacielos y grandes edificios. Esta ciudad presume de tener uno de los parques más grandes del mundo: Central Park, o lo que es lo mismo, el pulmón de Manhattan, el lugar favorito de los newyorkinos para olvidarse del stress y practicar deportes como el running o el baseball. Un rectángulo perfecto de 4 kilómetros de largo por 800 metros de ancho, una superficie de 341 hectáreas que invitan a perderse. Y no es para menos, ya que en este espacio podemos encontrar desde un zoológico, hasta pistas de hielo pasando por un teatro, estanques, restaurantes o gigantes esculturas como la de Alicia en el País de las Maravillas. Central Park cuenta además con otro de los grandes atractivos de la ciudad para los turistas, el Strawberry Fields, un conmovedor jardín en forma de lágrima presidido por un mosaico con la palabra Imagine que sirve para rendir homenaje a John Lennon, asesinado en 1980.
No cabe duda de que todo en Nueva York es especial y que perderse entre sus calles es la mejor manera de descubrir por qué la Gran Manzana es la ciudad que nunca duerme.