Reducir el uso del vehículo privado de las ciudades es una de las grandes aportaciones del carsharing o movilidad compartida. Esta es una de las conclusiones más destacadas por los expertos del sector. Por ello, se hace indispensable que tanto el Gobierno central como los gobiernos regionales y locales lleguen a un compromiso por la mejora de la calidad del aire y la defensa frente al cambio climático
En las actuaciones de la Administración sobresale el apoyo a la movilidad compartida y al uso del vehículo eléctrico mediante acuerdos con empresas privadas para su desarrollo. Para facilitar la logística de las compañías actualmente establecidas (y las venideras), se necesita ampliar la red actual de puntos de carga, que es aún insuficiente si se quiere dar la transformación definitiva a la movilidad eléctrica.
Esta es una de las peticiones de las principales empresas de carsharing de España, entre las que se encuentra la compañía puntera del sector en Canarias: Lovesharing. Así, verían mejorada la logística de recarga, puesto que en muchos casos no tendrían que llevar el vehículo hasta los puntos de carga y volverlo a depositar en las zonas de más demanda.
El transporte público y el carsharing
El carsharing no resta viajes al transporte público sino que lo complementa. Se ha comprobado que sus usuarios no dejan de utilizar el transporte público sino que muchas veces lo emplean para llegar hasta el centro de las ciudades y posteriormente hacer uso de otro tipo de movilidad.
Aquel ciudadano que se desplaza por las ciudades suele ser un usuario multimodal, que utiliza todas las opciones a su alcance: la movilidad compartida puede darse en bicicleta, moto o coche. Continuamente surgen nuevas modalidades como el carpooling, que permiten compartir coche para viajar o ceder el uso del propio vehículo.
Hay que perder el miedo a no tener coche
Las grandes ciudades están cambiando muy rápidamente los hábitos de movilidad de sus ciudadanos. Las restricciones al vehículo privado van produciéndose constantemente, aunque van siempre en consonancia con las cada vez mayores alternativas de movilidad.
La mejora de la calidad del aire depende mucho de la reducción del tráfico privado. En ciudades como Londres se ha fijado el objetivo de que el 80% del transporte público sea de uso compartido y de cero emisiones para el año 2030. No tener coche en las ciudades podría llegar a ser una ventaja o incluso una necesidad.
Potenciales compradores de coches eléctricos
El carsharing eléctrico es una manera más de comprender y comprobar todo lo bueno que ofrece un vehículo eléctrico respecto a uno de combustión. Los periodos con tráfico restringido por mayor contaminación en cada vez más ciudades incrementan el número de potenciales compradores de automóviles eléctricos.
Así, la exclusión de los coches eléctricos de las restricciones de tráfico en las ciudades por los elevados niveles de contaminación del aire incrementa la concienciación de los usuarios con la movilidad sostenible y al control de la contaminación ambiental. Por ejemplo, en Madrid fueron explícitamente excluidos de esta prohibición, causando un aumento importante en los datos de uso.
En definitiva, el carsharing ofrece una amplia variedad de vehículos 100% eléctricos para contribuir a un mundo más respetuoso con el medio ambiente con soluciones de movilidad sostenible y flexible por tiempo limitado (horas, días, semanas, meses etc.) y así poder disfrutar de las ventajas de tener un coche sin que sea de su propiedad.