Esta antigua técnica deriva de la doctrina del Tantra indio, presta especial atención a la conciencia del cuerpo, a su carácter sagrado como caparazón que alberga el alma
Un ritual que presupone una total confianza mutua, una predisposición a la relajación y al contacto con la naturaleza propia y ajena, tanto para el receptor como para el masajista.
Masaje tantra, cuerpo a cuerpo para revitalizar las energías. Un masaje oriental en el que el cuerpo redescubre la armonía de los chakras a través del contacto con los sentidos propios y ajenos.
¿Qué es el masaje oriental Tantra?
Mediante el masaje Tantra, el cuerpo recupera la armonía a través de la relajación y la exaltación de los sentidos. La intención principal es desarrollar una mayor conciencia tanto en el que da como en el que recibe, mejorando el dominio mutuo de los deseos y las emociones.
Es esencial entregarse al momento de placer del tratamiento, sin los prejuicios que a menudo rodean esta práctica, asociada más a la sexualidad que al arte del masaje.
En realidad, el masaje tántrico forma parte de los rituales sagrados del amor, pero nació para desarrollar la conciencia de la unión entre cuerpo y mente, para despertar la conciencia de los sentidos, conectando con el espíritu y el inconsciente. Presenta una conexión con el cuarto chakra de la afectividad, la privilegiada Vía del Corazón.
Experimentando el tacto, los olores, los sonidos, los mantras y la música, la experiencia multisensorial del Tantra permite percibir el momento en el que se vive y los sentidos en los que se está inmerso. Una estimulación táctil que influye en el bienestar psicosomático del masaje indio, alternando fuertes energías con meditaciones y sublimaciones.
De tradición paralela pero diferente al masaje ayurvédico, el masaje Tantra procede de una antigua tradición india, en la que la imagen de la creación viene dada por el acoplamiento entre la diosa Shakti y el dios Shiva.
Esta práctica trasciende la sexualidad, o al menos parte de ella, para liberar energías vitales hacia planos trascendentes y espirituales de la existencia, lo que también puede lograrse a través del cuerpo y del arte del masaje tántrico.
Historia de la filosofía tántrica
La palabra india significa «tejer», refiriéndose al tejido de una prenda, o a un ritual que se «teje» según reglas precisas. Los textos de la doctrina tántrica datan aproximadamente del siglo VI d.C. y son de origen budista.
La contaminación con otras doctrinas lo ha convertido en una feliz mezcla de hinduismo védico, taoísmo chino, islamismo y sintoísmo del Japón feudal. Hasta el siglo XX no se difundieron en Occidente las técnicas del Tantra, que hablan de una vía de conocimiento basada en la experiencia de los sentidos.
A través del cuerpo, se puede alcanzar un estado superior de conciencia, donde la visión armoniosa de uno mismo se logra mediante la relajación de los deseos y el amor por la vida.
Cómo realizar un masaje tántrico: respiración y contacto cuerpo a cuerpo
Las maniobras del Tantra no responden a una secuencia concreta ni a una destreza manual, sino que se basan en una forma específica de masajear y entrar en contacto, a través de una fuerte sensibilidad en el tacto y las caricias.
En cualquier caso, sin embargo, el masaje que sigue los principios del Tantra presenta pasos fundamentales que deben respetarse, tanto para el masajista como para el receptor; entre ellos, el de concentrarse a través de la respiración, hacerla profunda y estabilizar el pulso al unísono.
El contacto entre los cuerpos debe facilitarse, a través de las manos del masajista que deben permanecer en contacto con el cuerpo del receptor, sobre el que se trabaja con la palma de la mano y con una ligera digito-presión.
Los movimientos del Tantra en el masaje deben realizarse con un flujo continuo de gestos, deslizamientos, ligeras presiones y roces sobre el contorno corporal, que además se acompañan de palabras o música relajantes de fondo.
Explorando todas las zonas del cuerpo, el masajista estimula las piernas, los brazos, los pies, la espalda, la zona pélvica, el cuello, la cabeza, la cara, con movimientos circulares y relajantes. El ritmo y la presión pueden variar en las manipulaciones y el contacto del masaje cuerpo a cuerpo, para favorecer la relajación, en realidad tanto de quien da el masaje como de quien lo recibe.
Las tensiones se liberan en un tratamiento que es también un «abrazo«, que abre nuevos contactos con los sentidos. Al acariciar todo el cuerpo, desde las zonas más receptivas hasta los puntos energéticos de los chakras, la sensación de placer y entrega se intensifica en todo el sistema sensorial.
La puerta de entrada al bienestar la proporcionan los sentidos, el sentido del tacto en particular, que estimulan constantemente la salud y la creatividad.
El masaje aumenta la capacidad de percibir el propio cuerpo, de estimular los chakras corporales, del primero al séptimo. Son los centros energéticos por donde fluye el espíritu humano, que debe permanecer en bienestar y equilibrio para lograr la armonía global entre cuerpo y mente.
Es importante, durante las maniobras tántricas, dejar fluir la energía y no crear bloqueos, ya que las rigideces físicas y mentales obstaculizan el flujo de la vida y predisponen al cuerpo a desequilibrios y malestar.
El uso del aceite en el masaje
Utilizar aceites esenciales para el cuerpo hará que el masaje sea aún más eficaz y agradable, al igual que llenar el ambiente de incienso y música relajante.
Los aceites adecuados para el masaje tántrico deben utilizarse en cuanto se empieza a tocar el cuerpo del receptor, y pueden ser esencias de hipérico, caléndula o romero, albahaca, salvia, menta, canela, sándalo, pino, lavanda, fragancias conocidas por estimular la circulación sanguínea y favorecer la relajación muscular.
Tanto para el masaje tantra como para otros tipos de masaje oriental, se utilizan aceites esenciales, ya que tienen una gran capacidad para penetrar en el cuerpo; en particular, aceite de coco, que no contiene fragancias y no irrita la piel.
Técnicas de masajista tántrico
Son fundamentales de aprender para un aspirante a masajista tántrico, ya que deben realizarse con soltura, pero con la mente centrada no en la técnica sino en la espontaneidad del contacto con el receptor, con la voluntad de transmitir la propia energía vital.
Todos los movimientos corporales se vuelven naturales con el tiempo, por lo que estudiar las técnicas de masaje del Tantra significa sobre todo asimilar la manipulación y luego trabajar la mente.
Los movimientos del Tantra siguen a la naturaleza, transportando a la dimensión sensorial y a través de ella. También para el masajista es esencial fusionar técnica y sensibilidad, para beneficiar y aportar beneficios a la persona masajeada.
Masaje tántrico en pareja
El origen amoroso del ritual del Tantra se adapta perfectamente a quienes desean mejorar su relación a través de un masaje que amplifica el entendimiento físico, los sentidos, pero también el inconsciente y la afinidad mental de una pareja.
Uno se abre a la naturaleza, explora las sensaciones del masaje, que debe estudiar detenidamente, empezando por los fundamentos técnicos y entregándose después a las percepciones de los sentidos.
Incluso cuando se experimenta el deseo de unirse físicamente, es bueno recordar que el Tantra no pone el acto de amor como fin, sino que se centra en la experiencia de los sentidos comunes en la observación de las sensaciones, de los deseos: por eso a veces se difunde la idea de que el amor tántrico es el más duradero.
En cualquier caso, tanto si se trata de una experiencia multisensorial en pareja como si se opta por amplificar las propias emociones a través de un masaje cuerpo a cuerpo, la técnica del Tantra se recomienda a cualquier persona que desee despertar sus sentidos, libre de condicionamientos mentales y dispuesta a percibir su naturaleza en su totalidad.
Los beneficios del Tantra
Los efectos positivos de esta práctica se encuentran en toda la esfera psicofísica y afectiva, con la liberación del estrés, la recarga de energía y la transformación de la forma de percibirse.
El Tantra puede reactivar las energías sexuales dormidas o reprimidas, lo que mejora no sólo la vida sexual, sino también la vitalidad y la creatividad.
La capacidad de curarse de depresiones y bloqueos psicofísicos, en el Tantra está ligada a una colaboración activa del receptor, que dejando fluir la energía a lo largo de los puntos fundamentales del cuerpo, puede resolver conflictos orgánicos y mentales.
La liberación de las energías interiores, actuará así liberando también las exteriores, en una posibilidad de equilibrio global.
Fuente Comunicae