A mediados de marzo, la crisis del COVID-19 provocó la suspensión de la actividad presencial en los centros formativos, teniendo una especial repercusión en las empresas de autobuses, ya que supuso el cese total de los servicios de transporte escolar y, en consecuencia, de los ingresos en las empresas, ocasionando graves dificultades al sector y enormes pérdidas para la mayoría de los operadores.
Con el inicio del curso escolar 2020-2021, se pone en marcha una nueva temporada en la que, en un año normal, los autobuses transportarían a más de 247 millones de alumnos en los cerca de 17.500 autocares dedicados al transporte escolar (Datos INE: 2019). Una actividad que concentra el 13% del total de la facturación del sector del autobús.
En este sentido, las empresas de autobuses, que están llevan a cabo los protocolos de limpieza y desinfección recomendados por las autoridades sanitarias para contener el virus y garantizar la seguridad en sus servicios, así como implementando las medidas que van requiriendo las distintas Comunidades Autónomas, quieren lanzar un mensaje de seguridad y confianza de cara al inicio de las clases, haciendo hincapié en como con el uso responsable del transporte colectivo se ha demostrado que se garantiza un entorno seguro para los viajeros.
Sobre los servicios de transporte escolar, Rafael Barbadillo, presidente de CONFEBUS, también advierte que “en ocasiones, el transporte escolar es la única alternativa de movilidad que tienen los estudiantes para acudir a los centros de enseñanza”. Y aboga por la promoción del transporte escolar “como medida para mejorar el tráfico y, en consecuencia, reducir los niveles de contaminación de la atmósfera, contribuyendo a la sostenibilidad medioambiental”. “La aglomeración y el colapso de determinadas arterias y vías en horas punta tiene que ver en parte con el uso masivo del vehículo particular para la entrada y la recogida de los escolares”, revela.
Siendo además el autobús el modo más seguro de transporte por carretera, con 0 víctimas mortales en 2019, “el transporte escolar no solo garantiza la movilidad de los estudiantes y la descongestión, sino que su uso garantiza la seguridad de las personas”, explica el presidente de la Confederación.
Medidas urgentes para el transporte escolar
Para paliar los graves efectos que la pandemia ha provocado en las empresas que prestan servicios de transporte escolar, CONFEBUS ha solicitado al Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana que se lleven a cabo una serie de medidas urgentes y necesarias, como que el límite de antigüedad máxima de los vehículos de transporte escolar se amplíe 1 o 2 años, de manera transitoria y hasta la normalización de la economía una vez superada la crisis, y siempre que se cumpla con los requisitos técnicos y en vista de las grandes dificultades que tendrán los operadores para hacer frente a cualquier renovación de flota a corto o medio plazo. Al respecto, conviene destacar que, además de que España cuenta con la flota más moderna de Europa, en otros países de nuestro entorno, como en Francia o en Alemania, no hay limitación de edad alguna, y que adoptar esta medida aliviaría mucho al sector del transporte de viajeros, sin coste para las administraciones.
Asimismo, la Confederación ha pedido al Ministerio de Educación y Formación Profesional otras medidas adicionales como el pago de los contratos suscritos con la Administración para el transporte a centros públicos para este curso lectivo, así como la prórroga para los próximos dos años del contrato, lo que permitiría aliviar la difícil situación financiera a la que están abocadas los operadores que prestan este tipo de servicios, que son principalmente pequeñas y medianas empresas