El reciente análisis de langostinos congelados de la variedad Vannamel (procedente de Ecuador, Nicaragua, Perú o Venezuela) y publicado en la revista OCU Compra Maestra, refleja significativas diferencias de calidad entre las 12 marcas seleccionadas, tanto en frescura, como en defectos visibles, aditivos, sulfitos, etiquetado y sabor.
Cuatro marcas en concreto destacan por sus buenos resultados: El Corte Inglés (11,23 €/kg), Pescanova Rodolfos (14,95 €/kg), Flete, de venta en Aldi (8,74 €/kg) y Ocean Sea de venta en Lidl (9,36 €/kg), por este orden. Lideran la lista de los mejores productos analizados, sobre todo por su sabor, aunque tienen una cantidad excesiva de sal, un problema que comparten la mayoría de las marcas analizadas.
Si bien todos los productos analizados son perfectamente comestibles, tres marcas que comparten una baja calificación global: Auchan, de venta en Alcampo (8,81 €/kg), por su elevado contenido en sulfitos; Carrefour tamaño grandes (9,48 €/kg), por su escaso sabor (a pesar del alto contenido en sal); y Costasur (11,63 €/kg), por incluir un colorante que, aunque está permitido por la normativa, OCU considera inaceptable en un producto como este.
En cualquier caso, OCU subraya que no se han detectado residuos de cadmio en ninguna muestra, que es el metal pesado más susceptible de aparecer en langostinos y el motivo por el cual no se recomienda chupar las cabezas. Y tampoco se han encontrado restos antibióticos, que se han buscado por tratarse de langostinos de cultivo.
El precio del langostino suele aumentar con el tamaño de la pieza. Pero sobre todo con la marca: los más caros son los que comercializan las primeras marcas (12,10 €/kg de media), mientras que los más baratos son los de marcas blancas (10,09 €/kg de media). De hecho, las marcas blancas son una opción interesante frente al langostino de pescadería (11,56 €/kg). Sea como sea, si el consumidor se decide por estos últimos y piensa congelarlos luego, debería asegurarse antes de que no se venden ya descongelados.
OCU insiste además en la importancia de una correcta descongelación para conservar el sabor y la textura. Los langostinos, al igual que el pescado congelado, deben descongelarse en la nevera y no a temperatura ambiente ni bajo el grifo. Lo ideal es colocar el producto sobre un escurridor o rejilla y esta sobre una bandeja; así se evita que el líquido que se desprende entre en contacto con el alimento. Ojo, también puede hacerse empleando la función descongelar del microondas, pero teniendo cuidado de no pasarse de tiempo, pues se cocinarían en exceso.