La construcción de viviendas gana terreno en la Comunidad pese al ‘impasse’ político y la patronal pone sus esperanzas en 2017 como el año de la recuperación del empleo
Las ciudades de Castilla y León vuelven poco a poco a convertirse en el ‘feudo’ de la construcción de viviendas e incrementan la carga de trabajo de los promotores que continúan retrocediendo la senda por la que transitaron durante la crisis. La recuperación se consolida, con un crecimiento superior al 20 por ciento en las ciudades, lo que está poblando de nuevo el paisaje urbano con las grúas que levantan de nuevo bloques residenciales, con capacidad para más de 1.300 pisos.
El ‘ladrillo’ gana terreno y aspira a ocupar el espacio perdido en la ‘tarta’ de la economía de Castilla y León, donde el sector sigue presentado un menor dinamismo que otras zonas del país. De hecho, el número de permisos para iniciar la construcción de viviendas se disparó un 28,8 por ciento en España, un crecimiento que duplicó el incremento de la Comunidad, si bien superó los dos dígitos, hasta alcanzar los 2.881, según los datos facilitados al Ministerio de Fomento por los colegios de arquitectos.
Este nuevo impulso es el tercero consecutivo que se registra en la Comunidad, tras el hundimiento de 2013, un ‘crack’ que dejó al sector si apenas ‘tajo’. Tres años después, 2016 permite a la patronal mirar con cierto optimismo a 2017, si bien el presidente de la Confederación Castellano-Leonesa de la Construcción, Javier Vega, advierte en declaraciones a Ical de que no termina de germinar un escenario de confianza que permita a los promotores sacar al mercado nuevos proyectos.
“Esperamos que 2017 sea el año de comienzo de una actividad constante y creciente y se llegue a recuperar un importante porcentaje de la pérdida de empleo sufrida en los años pasados, que llegó a superar el 60 por ciento”, precisa, para augurar que esta recuperación de la actividad, tanto en el aspecto residencial como en la esperada vuelta a la inversión pública en obra civil, “provocará una considerable creación de empleo tanto directo como indirecto de los sectores complementarios a la propia construcción, y esto a razón de dos empleos indirectos por cada uno que se genere de forma directa”.
Ritmo constante
La incertidumbre política que vivió el país durante 2016 no impidió al sector mantener el ritmo de crecimiento, similar al experimentado en 2015, posiblemente porque la economía española desbordó las previsiones y sorprendió con un avance del 3,2 por ciento. Para este nuevo ejercicio, se espera una cierta desaceleración en la Comunidad, con un aumento del Producto Interior Bruto (PIB) que podría situarse en torno al 2,5 por ciento. Todo ello, según la patronal, influirá en las decisiones de compra de los ciudadanos, y por tanto, en la promoción de vivienda.
También, la ausencia de presupuestos generales del Estado y de la Comunidad está frenando la inversión pública, si bien las administraciones han aparcado en los últimos años la apuesta por la promoción de vivienda protegida. Por ello, según Javier Vega, el sector afronta con prudencia este año que podría rubricar el cuarto incremento anual, lo que permitiría acercarse al volumen de actividad de 2011, cuando la economía española sufrió el segundo gran frenazo.
De hecho, el sector acarició en 2016 la cifra de visados de 2012, cuando los aparejadores o arquitectos validaron 3.064 viviendas, frente a las 1.850 de un año después. Desde entonces los tímidos incrementos elevaron esta cifra hasta los 2.240 en 2014, los 2.536 en 2015 y los 2.881 el pasado año, tras crecer un 13,6 por ciento. No obstante, el sector se mantiene todavía alejado de la ‘burbuja’ de 2006, que dejó el récord de 51.553 visados en Castilla y León.
Construcción en bloque
El sector de la construcción experimentó un giro importante en 2016, que corrigió el desequilibrio entre la promoción de viviendas unifamiliares y la edificación en bloque. De hecho, las empresas solicitaron visados para construir 1.562 casas, frente a los 1.319 pisos, si bien los primeros crecieron un 6,5 por ciento, y los segundos un 23,3 por ciento.
“Será la demanda quien decida”, ya que la nueva edificación debe convivir con el “famoso stock aún sin vender”, pero “lo que es innegable es que el nuevo concepto de urbanismo está cambiando la configuración de las ciudades”. “Gradualmente, sí que parece entreverse que existe más tendencia hacia la vivienda en bloque que hacia las unifamiliares, en lo que influye, decisivamente, los costes de adquisición y mantenimiento y las posibilidades económicas para hacer frente a los mismos”, explica Vega.
En 2016, León y Palencia fueron las provincias en las que más aumentaron los permisos para la construcción de pisos, en concreto, un 109,4 y un 362,5 por ciento, respectivamente. También, este tipo de construcciones, propias de zonas urbanas, fue el principal nicho de trabajo para el sector en España, con 46.889 visados en 2016, frente a los 17.134 para casas.
Además, la edificación en bloque experimentó un crecimiento del 33,87 por ciento, lo que elevó la cifra de nuevas viviendas un 28,8 por ciento el pasado año, hasta rozar las 65.000, una cifra muy inferior respecto a las más de 860.000 de 2006.
Frenazo en tres provincias
Los visados de viviendas crecieron en seis de las nueve provincias el pasado ejercicio. Los descensos estuvieron liderados por Zamora, con una caída del 15,13 por ciento, hasta los 129, seguida de Ávila, con una reducción del 4,69 por ciento hasta los 203, y Segovia, con una rebaja del 2,83 por ciento, hasta los 275. Por el contrario, en León se dispararon un 36,56 por ciento, hasta los 452. También en Soria aumentaron un 30,6 por ciento hasta los 239 y en Valladolid un 20,85 por ciento, hasta los 655.
Menores fueron los crecimientos que experimentó el sector en las provincias de Palencia, donde los visados crecieron un 16,36 por ciento hasta los 128; Salamanca, con un aumento del 16,14 por ciento, hasta los 331, y Burgos, con una subida del 7,32 por ciento, hasta los 469. No obstante, Valladolid, Burgos y León concentraron casi el 60 por ciento de la actividad promotora en la Comunidad.
ICAL