La gestión de un negocio requiere calcular tanto la rentabilidad como la viabilidad para adaptarse a los cambios y mantener la salud financiera.

Las evaluaciones financieras son fundamentales para cualquier empresa que busque crecer, innovar o tener una visión clara de su situación financiera. Bajo este enfoque, existen varios indicadores clave que revelan la capacidad de la empresa para generar beneficios o identificar posibles pérdidas.

¿Por qué es importante saber cuál es la rentabilidad y viabilidad de negocio?

Aunque no exista una bola de cristal mágica que permita prever el futuro de los negocios, existen métodos eficaces para calcular la rentabilidad y, por ende, la viabilidad a largo plazo. El análisis de indicadores financieros y la comparación de resultados con períodos anteriores facilitan la gestión de riesgos y la planificación financiera futura de la empresa. Asimismo, una evaluación periódica de la rentabilidad es clave para identificar oportunidades y amenazas potenciales.

¿Cómo se mide la rentabilidad y viabilidad de un negocio?

Para conocer si una empresa o un proyecto de negocios es viable y rentable, se utilizan varios indicadores financieros clave. Entre ellos, los más relevantes son:

1. Valor Actual Neto (VAN)

Calcular el VAN es imprescindible para analizar la rentabilidad de una inversión a largo plazo. La fórmula VAN sirve para calcular el valor presente de los flujos de caja futuros que generará una inversión, restando el coste inicial de la misma.

Si el VAN resulta positivo, significa que el proyecto o inversión generará un valor adicional sobre el coste inicial, lo que lo convierte en una opción financieramente viable. En cambio, un VAN negativo indica que la inversión no recuperará el coste en términos de valor presente, sugiriendo que no es viable financieramente.

2. Retorno sobre la Inversión (ROI)

Para calcular la rentabilidad de una empresa con el indicador ROI, el primer paso consiste en restar la inversión al total de los ingresos obtenidos. Esta operación tiene como resultado el beneficio. Luego, se divide el beneficio entre la inversión se multiplica el resultado por 100 para expresarlo como porcentaje. Por ejemplo, si se invierten 1.000 € en un activo y este genera ingresos de 1.800 €, la tasa de rentabilidad sería del 80%.

3. Tasa Interna de Retorno (TIR)

La TIR es un indicador financiero que representa el porcentaje de rentabilidad esperada de una inversión. Se calcula encontrando la tasa de descuento que iguala el valor actual neto (VAN) a cero, es decir, los flujos de caja futuros descontados equivalen exactamente al coste inicial de la inversión.

Este indicador es esencial para comparar la rentabilidad de diferentes proyectos de inversión. Por ejemplo, si un proyecto ofrece una TIR del 12% y otro del 8%, generalmente se preferiría el primero por ofrecer una mayor expectativa de rentabilidad.

4. Periodo de recuperación (Payback)

El periodo de recuperación, o Payback, mide el tiempo necesario para que una inversión recupere el costo inicial a través de flujos de caja futuros.

Por ejemplo, consideremos una máquina de envasado que cuesta 10.000 € y proporciona un ahorro y beneficios adicionales sumando 2.500 € anualmente. En este caso, el periodo de recuperación sería de 4 años, ya que 10.000 € divididos por 2.500 € por año resultan en cuatro.

5. Margen de beneficio neto

Este indicador financiero mide el porcentaje de beneficio neto en relación con los ingresos totales. Para calcularlo, se divide el beneficio neto por los ingresos totales y se multiplica el resultado por 100. Así, si una empresa tiene un margen de beneficio neto del 20%, significa que por cada 100 euros ingresados por ventas, el beneficio neto es de 20 €.

6. Ratio de endeudamiento

Esta ratio evalúa la salud financiera de una empresa mostrando qué porcentaje de los activos está financiado por deuda. Para calcular la ratio de endeudamiento, se divide la deuda total de la empresa por el total de sus activos y luego se multiplica el resultado por 100 para obtener un porcentaje. Esto nos da una medida clara de cuánto de los recursos de la empresa están financiados con deuda.

Por ejemplo, una ratio de endeudamiento de 0.4 significa que el 40% de los activos de la empresa están financiados mediante deuda. Aunque este porcentaje puede parecer alto, es sujeto de ser considerado manejable dependiendo de las características del proyecto, del sector en el que opera y las condiciones del mercado.

¿Cómo utilizar los indicadores financieros para tomar decisiones?

Los indicadores financieros son esenciales en el proceso de toma de decisiones empresariales. Por ejemplo, el Valor Actual Neto (VAN) es clave para evaluar el beneficio neto que podría generar una expansión de líneas de producción, mientras que el Retorno sobre la Inversión (ROI) ayuda a calcular la rentabilidad de dichas inversiones.

Por otro lado, la Tasa Interna de Retorno (TIR) es fundamental para estimar el rendimiento porcentual esperado de una inversión, facilitando la comparación entre diferentes opciones de inversión. En situaciones donde hay que elegir entre varios locales para un nuevo restaurante, el período de recuperación o Payback puede ser decisivo para optar por uno, especialmente si uno de ellos promete una recuperación más rápida de la inversión a pesar de requerir un desembolso inicial mayor.

Además, indicadores como la ratio de endeudamiento son prioritarios para evaluar la salud financiera de una empresa. Un alto nivel de endeudamiento puede indicar riesgos de liquidez y afectar la viabilidad financiera de la empresa, lo que es un dato que cualquier negocio debe conocer y controlar.

La importancia del análisis financiero regular para la salud y crecimiento empresarial

Cabe recordar que, el análisis regular de la rentabilidad y viabilidad de un negocio o inversión es crucial para mantener la salud financiera de una empresa. Es esencial evaluar estos aspectos para ajustar la planificación estratégica basada en datos relevantes y significativos, independientemente del tamaño o nicho de mercado de la empresa.

La falta de competencias financieras puede ser un obstáculo significativo para realizar este tipo de análisis de manera efectiva. Afortunadamente, en la actualidad la tecnología ofrece softwares de gestión financiera cada vez más especializados que automatizan estos análisis y proporcionan funcionalidades avanzadas de reporte, facilitando así la toma de decisiones basadas en datos y tomando consideraciones de escenarios futuros con diferentes niveles de riesgos económico-financieros al igual que comerciales.

Es fundamental para la administración de una empresa, comprender estos conceptos y realizar análisis financieros periódicos. Esta práctica ayuda a monitorear la salud financiera de la empresa y puede ser decisiva para su supervivencia y crecimiento. Al integrar los datos de rentabilidad y viabilidad financiera en la estrategia empresarial, es posible realizar ajustes oportunos y controlar la evolución del negocio de manera efectiva y sostenible.

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