El sector hostelero ha sufrido un nuevo desplome durante el mes de noviembre con una caída de 3.152 activos. Este colectivo atraviesa una crisis sin precedentes, provocada por las duras restricciones de contención de la COVID 19 que se han tomado desde la mayoría de las administraciones autonómicas, con el cierre permanente de la hostelería en algunas autonomías y el toque de queda. Recordemos que desde el mes de agosto se han perdido 11.673 pequeños establecimientos hosteleros, ya que por aquel entonces las medidas contra la pandemia eran mucho más livianas. El sector del comercio, colectivo profundamente afectado por la crisis de la COVID-19, continúa siendo otro de los sectores más castigados, aunque con cifras menos significativas que en meses anteriores, con la pérdida de 210 negocios. La industria manufacturera también ha perdido 187 activos. En noviembre, los datos positivos los encontramos en sectores como el transporte que ha sumado 1.067 autónomos más, la construcción con el aumento de 1.009 activos, el sector de la educación con 964 negocios más o las actividades sanitarias que han aumentado en 665 trabajadores por cuenta propia debido a la crisis sanitaria. Por Comunidades Autónomas, los datos más preocupantes son los de las Islas Baleares, una autonomía que lleva meses perdiendo afiliados al RETA. Durante el mes de noviembre el número de trabajadores por cuenta propia ha descendido en 1.428, y desde agosto se han perdido 4.264 trabajadores por cuenta propia en esta región. Castilla y León también ha perdido 361 autónomos al igual que Extremadura y Aragón que han registrado un descenso en la afiliación de 121 y 115 activos respectivamente. Los datos positivos los observamos en regiones como Andalucía con un aumento de 1.811 afiliados, Madrid que ha sumado 1.293 activos y la Comunidad Valenciana con 446 trabajadores autónomos más. Eduardo Abad, presidente de UPTA, “valoramos positivamente los datos de afiliación del trabajo autónomo del mes de noviembre, pero es vital que se adopten medidas de reactivación del consumo en general, y de la hostelería en particular, o este sector de actividad estará condenado a una disminución drástica de sus negocios. Además, el desplome de este sector también se debe a la situación que están viviendo los propietarios de los locales de ocio nocturno que se ven gravemente afectados por las duras medidas de contención de la pandemia”. El presidente de UPTA recuerda que, «no podemos olvidar otros sectores tan importantes como la cultura y los vinculados al turismo, entre otros, que, ante las restricciones establecidas por parte de las administraciones, se están viendo también gravemente afectados. Especial mención merecen las actividades económicas vinculadas a las ferias y fiestas patronales cuya facturación ha sido nula durante el año 2020, sin que existan perspectivas halagüeñas para el próximo año y carentes de un paquete de medidas que amorticen la situación que atraviesan estas actividades tan relevantes en la economía». |