Este 5 de marzo será el último Día Mundial de la Eficiencia Energética en que estará vigente el actual etiquetado que comenzaba a introducirse en el año 1994. Dados los avances en tecnología y sostenibilidad de los electrodomésticos, la nueva etiqueta responde a la necesidad de adaptarse a los nuevos tiempos: no solo mostrarán el consumo de electricidad, sino también, otros datos energéticos y no energéticos, con pictogramas más intuitivos y un Código QR que permitirá a los consumidores obtener información adicional para poder comparar productos en la base de datos europea EPREL.
“El nuevo etiquetado expone nuevos elementos de rendimiento, requisitos de diseño ecológico más estrictos y un nuevo método de prueba”, explica André Monteiro, director de la categoría de lavado de Grupo Electrolux resumiendo las diferencias. “Los cambios que incorpora esta nueva etiqueta reflejan acercarse a un consumo más real y actual (del día a día) del usuario. Los consumidores usamos programas cortos, no los largos, aunque sean más eficientes; no siempre llenamos toda la lavadora al máximo y lavamos llenando la mitad del tambor o un cuarto de éste. Y todo este tipo de variables que se detectaron en los consumidores hace que la forma de medir y testear la máquina, para luego clasificarla, refleje este comportamiento”, añade.
La etiqueta energética europea actual, según un estudio de Grupo Electrolux, es reconocida por el 85% de los europeos. “En 2006 dos tercios de los frigoríficos y lavadoras vendidos fueron etiquetados como clase A. Sin embargo, en 2017, más del 90% de los productos vendidos en el mercado europeo fueron superiores a la clase A, es decir, A +, A ++ o A +++. En diez años ha habido una rápida evolución hacia productos mucho más eficientes, lo que explica la necesidad de actualización de esta etiqueta. Con la nueva se cambia la clasificación, la escala irá desde la A hasta la F, así que, un electrodoméstico A+++ podrá convertirse en clase B, siendo el mismo producto”, continúa André Monteiro.
Plazos de implementación
La fecha clave para el consumidor es el 1 de marzo de 2021. Las tiendas tendrán a partir de ese día 2 semanas para actualizar la comunicación de la etiqueta en las tiendas.
Sin embargo, los fabricantes manejan otros plazos para prepararse para ese hito y es el 1 de noviembre de 2020. Para ese día, el 100% de los productos que se distribuyan al mercado deberán incluir la nueva etiqueta, por lo que hasta marzo estarán presentes las dos etiquetas: la antigua como principal, y la nueva en el interior del producto. Pero la fecha clave para los consumidores y la tienda es el 1 de marzo, que es cuando se hará visible únicamente la nueva etiqueta.