Teniendo en cuenta que en el mes de agosto se prevén unos 46 millones de desplazamientos en las carreteras españolas, es ineludible insistir en el correcto mantenimiento de los neumáticos, ya que durante horas van a ser el único punto contacto
directo del coche con la carretera. Prestar especial atención a las ruedas del vehículo es una
obligación siempre, pero más aún en momentos como la Operación 1º de Agosto (que incluye
los retornos de vacaciones de julio y las salidas de agosto).
La mayor frecuencia de uso y la sobrecarga de los vehículos, las altas temperaturas y los largos
recorridos que se realizan en estas fechas causan fatiga extra en los coches y los neumáticos
son uno de los elementos más afectados. GRUPO ANDRÉS, distribuidor de neumáticos líder en
España y Portugal, ha recopilado los daños más frecuentes que se detectan en verano en
relación con los neumáticos:
1. MAYOR DESGASTE: Los distintos componentes del neumático sufren mucho más por el
uso en trayectos de largo recorrido y por las altas temperaturas que alcanza el asfalto,
que llega hasta 10 grados por encima de la temperatura ambiente. En verano, esta
situación proporciona un terreno abonado para los pinchazos que se producen con
más frecuencia en los meses de calor.
2. DEFORMACIÓN: El desgaste es, en ocasiones, irregular debido a errores en la
alineación, problemas de amortiguación o presión inadecuada. Por tanto, se observan
deformación de las ruedas. Cuando el neumático adquiere forma ovalada y se
desgasta más en la banda central es porque la presión es excesiva o la alineación de la
dirección es demasiado abierta. Si el desgaste se produce en los bordes significa que la
presión es muy baja, hay sobrecarga o una alineación va muy cerrada.
3. PÉRDIDA DE PRESIÓN: La disminución de la presión pueden deberse a la pérdida de los
tapones de válvula, en cuyo caso además, puede hacer entrado agua, la orina de los
perros, etc. La cubierta va perdiendo su hermetismo y no puede mantener la presión
correcta.
4. MALA AMORTIGUACIÓN: Los amortiguadores se van degradando poco a poco y sin
casi darnos cuenta repercuten en la duración del neumático, reduciéndola hasta en un
50%.
5. APARCAMIENTO INADECUADO: Las maniobras de aparcamiento también son un riesgo
para los neumáticos. Por un lado, los golpes con los bordillos son una auténtica tortura
que daña mucho la goma y abren paso a los peligrosos reventones en pleno viaje. Por
otro lado, girar las ruedas del coche parado, para ‘enfilarlo’ hacia el espacio elegido
para estacionar, es una costumbre muy perjudicial porque el roce es mucho mayor que cuando están en movimiento, por eso conviene girar las ruedas al mismo tiempo
que movemos despacio el coche para maniobrar.
6. FRENAZOS BRUSCOS: En los atascos o en momentos en los que hay tráfico intenso en
la carretera se comenten muchos errores de conducción que perjudican igualmente el
estado de los neumáticos, como frenazos bruscos, cambios constantes de marcha, o
incorrecto trazado de las curvas que puede provocar un esfuerzo extra de las cubiertas
para sujetar el coche en el desplazamiento lateral.
7. DISTANCIA DE FRENADO y AQUAPLANNING: La presión baja también conlleva un
aumento en la distancia de frenado y si añadimos suelo mojado, aumentan los riesgos
exponencialmente y es el momento de temer al aguaplaning, ante el que debemos
estar prevenidos durante las sorpresivas tormentas de verano.
8. MENOR ADHERENCIA AL ALFALTO: Si la presión de las ruedas es demasiado elevada
disminuye la capacidad de adherencia al asfalto con el peligro que eso conlleva
además de hacer la conducción más dura e incómoda.
9. ARENA: Un factor externo que desvirtúa la eficacia de los neumáticos es la arena -muy
común en esta época de vacaciones, inevitable tanto en zonas rurales como en
costeras-. La arena se acumula en las bandas de rodadura lo que interfiere en la
capacidad de agarre cuando se pasa al asfalto; en la propia carretera se acumula más
cantidad de polvo y arena que van soltando los mismos vehículos. Conviene evitar
movimientos bruscos para no derrapar.
10. MULTAS: Por último, no revisar el estado de las ruedas del coche puede tocar
gravemente el bolsillo, ya que si la profundidad del dibujo es inferior a 1,6 milímetros,
puede suponer una multa de 200 euros por cada neumático afectado o si el deterioro
es en los cuatro puede llevar a la inmovilización temporal del vehículo para evitar
males mayores.
En definitiva, unas cubiertas mal atendidas son un peligro para la seguridad de todos los
usuarios de la vía y, por eso GRUPO ANDRÉS recuerda que es recomendable acudir siempre a un taller profesional que efectúe una revisión o puesta a punto y, en todo caso, siempre que
pongamos el coche en carretera, se deben vigilar algunos aspectos básicos de los neumáticos:
1. Comprobar la presión de las ruedas (con el coche en frío y según las recomendaciones
del fabricante).
2. Medir la profundidad de la banda de rodadura (que nunca debe ser inferior a 1,6mm).
3. Revisar que los neumáticos no tengan deformaciones, golpe, grieta o estría en la
carcasa.
4. Supervisar el estado de la rueda de repuesto, o la de emergencia/rueda galleta, o que
el kit antipinchazos este completo.