Segovia (2,6 por ciento), Burgos y Soria (2,5 por ciento en ambas) podrían registrar los mayores crecimientos de la actividad
EspañaDuero prevé un crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) de Castilla y León durante el año 2017 del 2,3 por ciento, dos décimas menos de lo que se espera para el conjunto nacional (2,5 por ciento). Así lo refleja el noveno número de la publicación ‘Previsiones Económicas de Castilla y León’, que recoge los datos correspondientes al cuarto trimestre de 2016 y conjunto del año, así como las perspectivas de crecimiento para el presente ejercicio y del que informaron hoy en Valladolid uno de los autores del informe, Felisa Becerra, acompañada por el director general de Banca Comercial de España-Duero, Carlos Ranera.
Este crecimiento del 2,3 por ciento es dos décimas más de lo previsto en enero pasado, gracias al comportamiento “algo mejor” del consumo de los hogares y de la inversión, así como de la actividad industrial y el sector servicios. Pese a ello, la entidad estima una desaceleración en el ritmo de crecimiento del consumo, tanto de las familias (2,4 por ciento) como de las administraciones públicas (0,3 por ciento), mientras que la inversión aumentaría un 3,3 por ciento. Todo ello, según la coordinadora del estudio, se debe a que el ciclo de expansión de la economía española durante 2016 está en fase de “ralentización”, con una variación del PIB prevista para 2017 cercana al 2,5 por ciento.
En cuanto a la oferta, este crecimiento previsto obedecería a la aportación positiva de los sectores no agrarios, con tasas que oscilan entre el 2,8 por ciento del sector industrial y el 2,3 por ciento de los servicios. Por su parte, la construcción mostraría un incremento similar al año pasado, con un 1,6 por ciento. La estimación para el sector primario es un descenso del 1,1 por ciento en términos reales.
Respecto al mercado laboral, las previsiones del informe elaborado por Analistas Económicos de Andalucía apuntan a un crecimiento del empleo en Castilla y León en 2017 del 1,7 por ciento, un punto menos al registrado en 2016 (2,1 por ciento). Se trata de un aumento inferior al previsto para España (2,2 por ciento). Estas subida sería generalizada por sectores, salvo en la agricultura donde caería un 0,9 por ciento.
El banco destaca el aumento relativo en el número de ocupados en la construcción (5,5 por ciento), aunque en términos absolutos valora el mayor incremento en servicios, cercano a los 7.000 ocupados gracias a la subida del 1 por ciento. De esta manera, el sector se consolida como el principal responsable del crecimiento del empleo en la región, con el 69,3 por ciento del total de ocupados en Castilla y León. También es importante el aumento del empleo en la industria (3,8 por ciento).
Esta mejora del mercado laboral, unido al mantenimiento previsto en la población activa (0 por ciento), originaría un descenso del 8,7 por ciento en el número de parados, con una tasa de paro estimada del 14,4 por ciento para el promedio de 2017, 1,4 puntos inferior a la registrada en 2016, y 3,5 puntos por debajo de la tasa prevista para España (17,9 por ciento).
En 2017, la entidad estima incrementos de la actividad en todas las provincias, si bien menos intensos que los registrados en 2016. Segovia (2,6 por ciento), Burgos y Soria (2,5 por ciento en cada caso) podrían registrar los mayores crecimientos de la actividad. Palencia y Valladolid estarían en la media regional (2,3 por ciento), seguidas de Zamora y Ávila (2,2 por ciento en ambas). Los peores comportamientos para el presente ejercicio en la Comunidad tendrían lugar en Salamanca (2,1 por ciento) y, sobre todo, León (1,9 por ciento).
Año 2016
En cuanto al año 2016, el informe de España-Duero recoge que las estimaciones del Indicador Sintético de Actividad apuntan a una aceleración generalizada en el ritmo de crecimiento de la actividad económica respecto al año anterior, donde Burgos (3,4 por ciento) y Palencia (3,3 por ciento) presentaron los mayores incrementos. Ávila, Valladolid y Segovia habrían registrado un aumento de la actividad muy similar a la media regional (3,2 por ciento), mientras que Zamora y Soria muestran un repunte del tres por ciento. Cierran la lista León (2,9 por ciento) y Salamanca (2,8 por ciento).
Además, en el cuarto trimestre de 2016, el Producto Interior Bruto (PIB) de Castilla y León experimentó un crecimiento interanual del 2,9 por ciento, una décima inferior al trimestre anterior. De este modo, el crecimiento en el conjunto del año sería del 3,2 por ciento en términos reales, una tasa igual a la del conjunto de España y dos décimas más que en 2015. En términos corrientes, el PIB ha crecido un 3,6 por ciento hasta los 60.071 millones de euros.
La desaceleración del crecimiento en la segunda mitad del año pasado está motivada por la aportación negativa del sector exterior, ya que la demanda interna ha continuado con un “notable dinamismo”. Así, el consumo de los hogares creció un 3,6 por ciento en 2016, en tanto que el gasto en consumo de las administraciones públicas aumentó un 2,7 por ciento. Por el contrario, la subida de la inversión (2,5 por ciento en 2016) fue “algo más moderado” que en el ejercicio anterior, sobre todo en el caso de los bienes de equipo.
Respecto al conjunto del año, la demanda regional habría aportado 3,3 puntos al crecimiento del PIB en Castilla y León (casi un punto más que en 2015), debido al repunte del gasto en consumo de las administraciones.
La demanda exterior neta restó una décima al crecimiento regional motivad por la mayor ralentización de las exportaciones de bienes y servicios frente a las importaciones, con un aumento en ambos casos en torno a un 2,5 por ciento en 2016. El avance de las exportaciones en el último trimestre del año fue del 0,3 por ciento frente al 1,3 por ciento de las importaciones.
Desde el punto de vista de la oferta, el crecimiento interanual del PIB en Castilla y León en el cuarto trimestre de 2016 se ha debido al aumento del VAB (Valor Añadido Bruto) en todos los sectores productivos, exceptuando los servicios,. Asimismo, en el conjunto de 2016, el VAB ha crecido en todos los sectores, a excepción también de la industria energética, con tasas que han oscilado entre el uno por ciento de los servicios y el 5,8 por ciento del sector agrario.
Caída del sector agrario
Felisa Becerra relacionó, según declaraciones recogidas por la Agencia Ical, este importante aumento del sector primario el año pasado con la previsión de caída para 2017 (-1,1 por ciento, descontando los precios), motivada por la volatilidad y las consecuencias de la sequía.
En lo que se refiere al mercado de trabajo, el número de ocupados aumentó sobre un 2,8 por ciento (frente al 2,1 por ciento de 2015) gracias en parte al descenso de la población activa. Este crecimiento continúa siendo más intenso en el empleo por cuenta propia así como de la contratación temporal y el empleo a tiempo completo, con la única disminución en la construcción. De esta manera, el paro cayó el año pasado un 16 por ciento y situó la tasa de desempleo en el 14,8 por ciento (18,6 por ciento en España).
ICAL