La sandía y el melón son dos de las frutas más consumidos en verano. Su alto contenido en agua los convierte en los alimentos más apetecibles cuando aprieta el calor. Pero una de las mayores trabas que encontramos a la hora de comprarlos es su tamaño. Muchas personas por falta de espacio y otras por vivir solas, prefieren optar por comprar sandía o melones partidos en los supermercados sin pararse a pensar de el riesgo que esto puede suponer para su salud.
Según los expertos las frutas son muy sanas y seguras, pero no están exentas de riesgos: hay bacterias patógenas, como Salmonella, Listeria y Escherichia coli, que pueden contaminarlas y multiplicarse en ellas. En el medio ambiente (en el suelo, en el aire o a través del agua de riego…) o durante la producción, el transporte o el almacenamiento, la fruta puede contaminarse con bacterias como Salmonella, Listeria o E.Coli. Cuando la fruta se manipula (por ejemplo, se corta o se pela), tanto en el hogar como en las tiendas de alimentación, en las fruterías o en los restaurantes, los agentes patógenos pueden transferirse a la parte carnosa de la fruta que vamos a consumir, de varias formas: a través de las manos, si no están limpias o a través de superficies de la cocina o de utensilios de cocina sucios (cuchillos, tablas de cortar…).
Además, si la fruta cortada se mantiene a temperatura ambiente (como ocurre en la mayoría de los supermercados) las bacterias se multiplican rápidamente en ella. Por ejemplo, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) constató en el año 2014 que la bacteria Salmonella puede crecer rápidamente en el melón cortado conservado a temperatura ambiente, sin deterioro aparente de su aspecto.
¿Qué dice el reglamento?
Las temperaturas de almacenamiento, conservación, transporte, venta y, en su caso, servicio de las comidas preparadas a temperatura de refrigeración son las siguientes*:
-Comidas refrigeradas con un periodo de duración inferior a 24 h: mantener a una temperatura menor o igual a 8 ºC.
-Comidas refrigeradas con un periodo de duración superior a 24 h: mantener a una temperatura menor o igual a 4 ºC.
*Real Decreto 3484/2000, de 29 de diciembre, por el que se establecen las normas de higiene para la elaboración, distribución y comercio de comidas preparadas.
No obstante, el Reglamento (CE) 852/2004, relativo a la higiene de los productos alimenticios, establece que se podrán permitir, por necesidades prácticas, que los alimentos estén periodos limitados de tiempo fuera de control de temperatura, siempre que ello no suponga un riesgo para la salud. En este sentido, la Organización Mundial de la Salud OMS) indica que los alimentos refrigerados pueden estar un máximo de dos horas sin control de temperatura, transcurrido el cual deben volver almacenarse en refrigeración.
En caso de preparar fruta cortada con antelación a su servicio al consumidor, las tiendas de alimentación y los restaurantes deben disponer de procedimientos documentados que garanticen el control de tiempo/temperatura.
Se recomienda que se corte la fruta para su venta inmediata únicamente en pequeñas cantidades que puedan ser vendidas o servidas al consumidor dentro de las 2 horas siguientes a su preparación, como máximo.
Debe saber que el Reglamento nº 2073/2005 fija para las frutas troceadas listas para el consumo unos criterios microbiológicos relativos a las bacterias Salmonella, Listeria monocytogenes y Escherichia coli.
Fuente: Consejería Sanidad Comunidad de Madrid