La nueva estación tendrá capacidad para cinco millones de pasajeros por año a partir de 2050 y servirá como punto neurálgico para la comunidad autónoma
Adif Alta Velocidad avanza en la estación Valladolid-Campo Grande con la licitación del contrato de consultoría y asistencia para el control de las obras, por un importe de 11,17 millones. Una licitación que siguiendo los estándares de Adif y conforme al Plan BIM en la Contratación Pública, aprobado en Consejo de ministros en fecha 27 de junio de 2023, exige el uso de la metodología BIM (Building Information Modeling), un sistema de trabajo colaborativo que reduce costes y mejora la sostenibilidad y eficiencia de los proyectos.
El Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible cuenta con más de 250 millones de euros para el proyecto, siendo parte de esta destinada al nuevo edificio de pasajeros. Esta infraestructura duplicará el espacio habilitado para pasajeros, actuando como edificio-puente sobre los andenes. Para acceder, se dispondrá de una escalinata monumental desde una nueva plaza orientada a la zona del centro histórico e irá acompañada de escaleras mecánicas y ascensores. Con un consumo casi nulo, será un inmueble altamente sostenible, gracias a que el diseño ha tenido en cuenta el uso de energías renovables y sistemas que garantizan un rendimiento óptimo. La luz será protagonista en todo el edificio, y la fachada contará con un recubrimiento textil.
La segunda gran parte de la inversión permitirá asumir el doble de demanda del servicio ferroviario actual, para lo que se pretenden duplicar la playa de vías y los andenes. En concreto, para ancho convencional se destinarán cinco vías y dos andenes; y para alta velocidad (ancho internacional o estándar), siete vías y cuatro andenes. Estas últimas contarán con bretelles que permitirán al andén funcionar como uno único o como dos independientes, recurso que habilitará a los técnicos a gestionar el tráfico ferroviario con mayor flexibilidad.
Todas estas medidas optimizarán el espacio utilizado, lo que permitirá llevar a cabo otras actuaciones para agilizar el flujo de viajeros y favorecer su comodidad. Entre estas, se ejecutará una remodelación del entorno urbano de la estación al completo para dar prioridad al peatón y fomentar la sostenibilidad. Como añadido, también se construirá un aparcamiento subterráneo y dos edificios de uso ferroviario.
La coordinación entre todos los perfiles implicados a lo largo de todo el proyecto no es sencilla, y Adif AV, consciente de ello, ha decidido contar con el apoyo de BIM, una metodología de trabajo colaborativo en la que confía enormemente: «forma parte del Plan Estratégico 2030 de Adif con el que se pretende optimizar la competitividad y sostenibilidad en el sector de la gestión y explotación de las infraestructuras ferroviarias, dando respuesta a los retos de futuro» explica Javier Lozano, Subdirector BIM y de Continuidad Digital en Adif en una entrevista publicada en la sección AbiertoXObras de la empresa especializada Espacio BIM -www.espacioBIM.com-. Las ventajas son muchas, y es que, tal y como añade Borja Sánchez Ortega, Director de Proyectos y Director del Máster BIM Manager Internacional (+IA y VR) de la mencionada consultora especializada: «BIM permitirá a Adif centralizar toda la información de las obras de la estación Valladolid-Campo Grande (geométrica, documental, etcétera) en un modelo digital desarrollado por todos los agentes que intervienen», para lo que se apoyarán en el Entorno Común de Datos (CDE) escogido por la promotora pública, ACC, la evolución de BIM 360, de la reputada desarrolladora de software Autodesk. Esta herramienta en la que confía para todos sus proyectos que involucran BIM permitirá a los agentes acceder a información actualizada en tiempo real, sea cual sea el software utilizado para generarla.
Con todas estas ventajas en cuanto a sostenibilidad, optimización de tiempos, interoperabilidad, eficiencia energética y más, no es de extrañar que el Plan BIM para la contratación pública del Gobierno también se sume a esta corriente, e incluso lleve un par de años en acción con el objetivo de que, para 2030, determinados proyectos de compra pública de construcción involucren esta metodología.