Uno de los problemas más inmediatos que van a venir de forma ineludible para las empresas y profesionales no sólo en España, sino a nivel global, es el del impago de facturas debido a la actual situación de inestabilidad económica generada por el Coronoavirus (covid 19)
Ya es un hecho que el aluvión de impagados mercantiles que está por venir verá su máximo esplendor desde mediados de abril a finales de junio, fechas coincidentes con el alcance de pico de contagios en España hasta el control de la pandemia, tal y cómo anuncian los profesionales de la salud.
Esto unido a la volatilidad de los mercados financieros tanto en España como en los grandes mercados bursátiles, desata un clima global de incertidumbre económica cuya consecuencia más inmediata no es otra que la morosidad empresarial.
Estar prevenidos para lo que está por venir
En primer lugar se aconseja tener un control sobre los productos y servicios se facturan actualmente, establecer una estrecha vigilancia sobre la cartera de clientes así como mantener el menor riesgo posible en las operaciones comerciales.
Categorizar a los clientes en función a incidencias de cobro pasadas
Para ello se debe desde a nivel de administración y contabildad organizar por tramos de facturación las remesas bancarias que han de llevarse a cabo en los próximos meses y si cabe, categorizar los clientes por incidencias de impago pasadas pues muy posiblemente se tengan, impagos recurrentes de estos clientes en las próximas semanas.
De este modo se segmentará la cartera de clientes por grupos de riesgo y así se puede trabajar con anticipación a un posible problema de impago futuro.
Medidas para evitar los impagos más inmediatas
Cómo medidas preventivas inmediatas Cobratis insiste en primer lugar en que se cambie la forma de pago que se tenga con estos clientes, debiendo de primar los pagos por tarjeta de crédito o transferencia bancaria frente a giros bancarios o efectos comerciales con vencimientos a más de 30 días.
Si esto no fuera posible, se debe intentar emitir cargos bancarios de menor importe y con mayor grado de recurrencia. De este modo, se disminuirá el riesgo de impago por remesa bancaria y repartiendo este riesgo en varios cargos que podrán ser cancelados en el momento que existan los primeros indicios de impago.