La gran exposición mediática que le ha dado la crisis de material sanitario a las impresoras 3D, ha traído consigo un notable incremento de la venta de impresoras 3D. Impresiones 3D, líderes en la industria de impresión y modelado 3D, desvelan las claves de este fenómeno
Para una buena parte de la población, las impresoras 3D hasta hace unas semanas eran unas completas desconocidas. En este breve lapso de tiempo, tras las numerosas noticias aparecidas en los medios de comunicación, este tipo de fabricación de objetos tridimensionales está registrando un inesperado boom.
Desde Impresiones 3D expertos en todo lo relacionado con la fabricación aditiva, aseguran que la impresión 3D aún siendo una gran desconocida en la actualidad, no tardará en estar presente en la práctica totalidad de hogares, por su increíble potencial.
En qué consiste la impresión 3D
La impresión 3D permite la creación de objetos sólidos tridimensionales a partir de un diseño o archivo digital.
La fabricación se realiza mediante un proceso aditivo, de ahí que también reciba el nombre de fabricación aditiva, en el que se van añadiendo sucesivas capas de material hasta que el objeto quede terminado. Cada capa es una sección transversal horizontal que va conformando la estructura del modelo a reproducir.
Fabricación de pantallas faciales y válvulas para respiradores
Y es que la impresión 3D se ha mostrado como una alternativa rápida y asequible para fabricar viseras de protección sanitaria y hasta válvulas para respiradores.
«Con una impresora 3D, el material apropiado (filamentos) y un diseño, se puede crear casi cualquier objeto tridimensional, de ahí la importancia que en la actualidad está cobrando esta forma de fabricación, cuando está dando solución a problemas concretos: como la carencia de viseras protectoras, necesarias para la mejor protección de nuestros facultativos en contacto directo con el covid-19. En cuestión de minutos podemos disponer de múltiples estructuras con las que confeccionar viseras protectoras que poco tendrán que envidiar a una visera fabricada industrialmente. Algo similar ha sucedido en el campo de los respiradores, tan necesarios en esta pandemia. La impresión 3D permite crear las válvulas adaptadoras con las que poder emplear unas gafas de buceo de una conocida empresa de venta de material deportivo. Gracias a la impresión de estas válvulas, podrán emplearse y salvarán vidas» destaca Carlos Cobos, el emprendedor detrás de Impresiones 3D.
Si bien esta tecnología está disponible desde 2003, no ha sido hasta estos últimos años cuando ha experimentado su principal expansión, en gran medida por el abaratamiento de las máquinas y de sus materias primas empleadas en la fabricación de los objetos.
Los campos donde se emplea este tipo de impresoras son muy numerosos y en continua expansión, logrando introducirse en el diseño industrial, calzado, joyería, arquitectura, construcción, arquitectura, entre otros.
Una gran comunidad detrás: los ‘makers’
Los makers es como se denomina a la cada vez más amplia comunidad de creadores que emplean las impresoras 3D. Un grupo de personas solidarias que se han volcado con la crisis del covid-19 aportando sus máquinas, materias primas y su trabajo para la producción de viseras faciales protectoras y lo que haga falta.
La impresión 3D es un fenómeno en continua expansión y crecimiento, que seguirá aportando valor como una importante herramienta con un enorme potencial, aún por descubrir.