Alfonso Sánchez (1948) es el resultado de una vida dedicada al sector ibérico, una vida que sólo se explica abordando sus raíces, en el pequeño pueblo salmantino de Ledrada, situado muy cerca de Guijuelo, a las faldas de la sierra de Béjar… el lugar ideal para la curación de los embutidos ibéricos artesanales que con gran mimo y cuidado elaboraban sus padres y abuelos.
Su pasión por la naturaleza, por el cerdo ibérico y su vocación por extender estos productos más allá de su tierra, le llevan a dedicarse a la comercialización del ibérico con apenas 20 años.
Abre mercado en el sur de España y es en Sevilla, en el popular barrio de Triana, donde abriría su primer negocio, en compañía de su mujer, Dña. Carmen Sánchez, un pilar fundamental en su vida y responsable a partes iguales de su éxito empresarial.
El pequeño establecimiento bautizado con el nombre de ‘La Salmantina’ se convierte en los años 80 en un referente del comercio de barrio, que va ganando fama y prestigio y que aún hoy se mantiene abierto, fiel a su esencia.
Con esfuerzo y trabajo. Paso a paso, como hormigas, Alfonso Sánchez y su mujer, Carmen fueron levantando el negocio familiar, con la mente siempre en un sueño: construir su propia fábrica de embutidos en Guijuelo. Un reto que se hacía realidad en 1992.
Así surgía Aljomar, cuyo nombre nace de la primera silaba del nombre de sus hijos (Alfonso, Jose Luis y Maria del Carmen) Mucho trabajo, cientos de jornadas interminables, miles de km recorridos asistiendo a ferias y eventos dentro y fuera de España, hasta convertir a Jamones Aljomar, que este año cumple su 25 aniversario, en una de las empresas líderes en la distribución de productos ibéricos.
Pero el reto de Alfonso Sánchez no acaba con la fabricación y comercialización de los productos.
Tras la construcción de la fábrica inicia su andadura profesional también con la cría del cerdo ibérico, fundando su propia explotación ganadera, e impulsando como socio la construcción del Matadero El Navazo, el más moderno de Europa y homologado para exportar en Estados Unidos, China, Japón, Corea, Vietnam, Singapur, Sudáfrica, Rusia, Argentina, Méjico, Perú, Brasil…
Cierra así el ciclo controlado de producción, responsable de la calidad de sus productos y de su extraordinario crecimiento nacional e internacional
Facturación / crecimiento:
Sus ventas (datos de 2016) superan ya los 28,5 millones y colocan a la compañía entre los 10 primeros productores de ibéricos en España.
El mercado nacional ocupa aproximadamente el 85% de su facturación y está presente en todas las comunidades autónomas; así como en la práctica totalidad del mapa provincial español; hasta donde llegan gracias a su principal canal de venta: la distribución.
La compañía mantiene un crecimiento estable en los últimos años, con un incremento anual de ventas de más del 4% en cada ejercicio.
Recursos humanos:
Aljomar genera trabajo directo a más de 60 personas en su fábrica de Guijuelo; pero de manera indirecta se eleva a más de 200 gracias a su apuesta por el Ciclo controlado de producción (explotación ganadera, matadero).
Canales / comercialización:
– Aljomar cuenta con una veintena de distribuidores de alimentación regionales, con una estrecha relación a lo largo de los últimos años que prescriben sus productos en el canal alimentación minorista; así como en hostelería y alimentación.
– Asimismo, la presencia de la marca Aljomar en el canal retail y de gran superficie sigue en aumento y hoy el consumidor puede encontrarlo en centros y cadenas que apuestan por la calidad.
– En el mercado internacional está presente en 25 países del mundo.
El secreto de su éxito: capacidad de producción y homogeneización del producto
El secreto del éxito de la compañía radica en su Ciclo Controlado de Producción y Elaboración de Aljomar, orgullo del Grupo y eje de su consolidación comercial. Todo se monitoriza y controla de manera interna, con recursos propios: desde la cría y alimentación de los cerdos ibéricos (Vera Vieja), hasta el sacrificio (Matadero El Navazo) y su elaboración (Fábrica en Guijuelo), lo que se redunda en la homogeneidad del producto final. El ciclo cuenta con estrictos sistemas de control para su adaptación a exigencias sanitarias y normas de trazabilidad.
Todo este recorrido se traduce en una gran calidad de sus jamones ibéricos, embutidos ibéricos y carnes ibéricas frescas.
RSC
Aljomar es una empresa comprometida con las causas sociales de su entorno. En la actualidad colabora con Pyfano (niños con Cáncer), Aerscyl (Enfermedades raras), la Hermandad de Donantes de Sangre, Adaa y Red Madre, entre otras. Ha creado el ‘producto solidario’ con el que dona parte de su beneficio a estas acciones y entre sus planes destaca la creación de la Fundación Alma, con fines sociales.