La internacionalización o constitución de una empresa en el extranjero puede tener muchas ventajas. Sin embargo, el desconocimiento del idioma puede ser un hándicap por lo que es necesario un servicio de traducción competente.Gracias a la globalización, las empresas pueden abrir delegaciones o constituirse en el extranjero con mayor facilidad. Contar con una agencia de traducción de confianza es clave para el éxito
Frente a la globalización y la transformación digital no es de extrañar que cada vez más empresas decidan abrir una sucursal o constituirse en un país extranjero. La internacionalización puede suponer muchas ventajas corporativas frente a la competencia: la posibilidad de abrir nuevos mercados, ampliar el alcance de la marca o mejorar la situación fiscal son algunos de ellas.
Muchos países dan facilidades a compañías y emprendedores para que abran una sucursal y muchas de ellas tienen que ver con la optimización fiscal, pero también con las posibilidades de hacer negocio en el país de destino.
Para que este proceso sea llevado con éxito, antes es necesario tener en cuenta los obstáculos con lo que el empresario puede encontrarse y pensar en cómo solucionarlos. Es necesario tener un amplio conocimiento de la legislación, fiscalidad y tributación en el país elegido, pero aún hay que ir más allá, como afirma la agencia de traducción e interpretación Aire Traducciones:
“El desconocimiento del idioma no puede ser un freno, por lo que contar con un partner de confianza en el mundo de la traducción es fundamental”
Claves para una adecuada expansión empresarial en el extranjero
La apertura de una delegación en el extranjero es un paso importante para el crecimiento de las compañías, dado que les permite tener una mayor presencia en nuevos mercados.
Juan José Cano, socio responsable de pyme y empresa familiar de KPMG España, destaca que lo más importante es «encontrar un país que suponga una oportunidad» y realizar «una reflexión estratégica sobre los cambios que implica en la estructura y las líneas de negocio».
Esta afirmación se traduce en que es necesario tener en cuenta diferentes aspectos para poder constituirse empresarialmente con éxito en el extranjero:
- Conocer la oportunidad que supone operar en el extranjero. Es decir, analizar cuál va a ser el valor añadido que se va a conseguir en el país de destino.
- Realizar un análisis de mercado: Es necesario conocer cuál es la competencia en el nuevo contexto y qué potencial tienen los productos y/o servicios ofrecidos en ese mercado.
- Estudiar las condiciones fiscales: Los sistemas tributarios de cada país son diferentes. Es necesario conocer el equivalente al Impuesto de Sociedades, el equivalente al IVA… y si existe algún tipo de convenio con España que evite la doble tributación.
- Cuál es el marco legal: Además del contexto fiscal, la empresa también debe informarse sobre la normativa vigente relativa a las empresas en el país de destino.
- Ayudas y otros incentivos: Algunos países persiguen atraer a las empresas extranjeras ofreciendo facilidades a nivel de contratación de personal o de subvenciones, por ejemplo.
- Conocer la situación política, económica y social del país: Un contexto favorable y estable puede ser determinante para que el proceso de constitución empresarial y su posterior rendimiento funcione con éxito.
Costes de establecimiento en el extranjero
Además de los anteriores aspectos a tener en cuenta para una adecuada expansión en el extranjero, es necesario conocer los costes que supone el establecimiento de la empresa en ese país. Se deben analizar, entre otros:
- La forma jurídica que se va a adoptar (sucursal, filial, holding…)
- Costes laborales
- Costes inmobiliarios
- Costes de suministro
- Condiciones del personal expatriado
- Coste de comunicación y comercialización
El papel de la traducción para la constitución de una empresa en el extranjero
Frente a todas estas decisiones, es necesario lidiar, ante todo, con la barrera del idioma. Cuando la empresa se constituye en un país con un idioma diferente al nativo, en este caso el español, debe traducir toda la documentación al idioma de destino: documentos oficiales, contratos, acuerdos, informes, información comercial (folletos, páginas web, catálogos, manuales, etc.). De modo que un largo listado de información debe pasar por las manos de un traductor especializado de acuerdo con el sector y el tipo de documento a traducir.
No es de extrañar, en esta situación, como señala Aire Traducciones, que el éxito de la internacionalización pueda medirse en gran parte por la calidad de los servicios de traducción ofrecidos.