No es ningún secreto que cada vez más occidentales se sienten atraídos por la cultura oriental. China, Corea y Japón ven incrementado año tras año el número de turistas españoles que viajan a estos países sin otro ánimo que conocer una cultura tan rica como distinta a la suya propia. Pero a los más audaces no les basta con una visita, quieren ir más allá, así que “cada vez son más los occidentales que quieren aprender chino, coreano y japonés. En algunos casos es por puro placer, en otros, por motivos laborales” comentan desde Mitoyo.
Los idiomas asiáticos ocupan el puesto número dos del ranking de aprendizaje de idiomas, como no podía ser de otra manera, tras el inglés. La crisis económica obligó a muchos a ampliar su formación y buscar nuevas oportunidades en mercados en auge, caso del gigante asiático, y es en este contexto en el que el aprendizaje del chino gana alumnos.
Sin embargo, y como indican desde Mitoyo, “el aprendizaje de japonés no está motivado por factores económicos o laborales, sino, más bien, por la pasión por todo lo relacionado con Japón, pero en especial por el manga y el anime”.
Por su parte, el coreano, es todavía un gran desconocido para la mayoría, aunque el número de acérrimos seguidores de la cultura coreana aumenta día tras día.
Entonces, ¿cómo elegir entre chino, coreano o japonés? ¿cuál es más sencillo y cuál más difícil? ¿existen muchas similitudes entre ellos?
“Es complicado decir cuál de los idiomas es el más sencillo. La pronunciación japonesa es mucho más sencilla que la china, sin embargo, gramaticalmente ocurre todo lo contrario”.
Y es que, a pesar de lo que muchos puedan creer, los chinos y los japoneses no son capaces de entenderse de forma hablada, aunque sí de forma escrita mediante el empleo de hanzi o kanji, gracias a que los significados suelen ser siempre los mismos a pesar de que su pronunciación difiera. Entre las particularidades del japonés se encuentra también que tiene dos silabarios propios, hiragana y katakana.
Por su parte, la escritura china mediante hanzi, que suele ser la parte más complicada, es a la vez, la que más atractivo despierta, así como la que más frustraciones desata.
Decantarse por aprender chino, japonés o coreano será, en cualquier caso, todo un acierto, lo complicado será decidirse por uno de ellos.