El sector de la construcción fue uno de los que resultó más afectados durante la crisis y de acuerdo con el Informe sobre el sector de la construcción en 2018 del Observatorio Industrial de la Construcción, el sector comienza a recuperarse y a ofrecer valores positivos. No obstante, cabe destacar que el proceso de recuperación es desigual y que las cifras están muy alejadas de las previas a la crisis. Son muchos los elementos que se podrían analizar para saber si se está ante una recuperación real del sector de la construcción, entre ellos estarían la creación de nuevas empresas, el número de empleados y parados, el consumo de determinados materiales empleados en el sector, como es el caso de los áridos, cementos y hormigones, entre muchos otros.
Uno de los datos positivos sobre el sector se encuentra analizando el consumo de áridos en España. Y es que, tal y como indican desde Áridos Pérez, “a falta de conocer los datos correspondientes al ejercicio de 2019, durante el 2018 el consumo de áridos para la construcción experimentó un incremento del 6,6% respecto del año anterior, un dato muy positivo a pesar de que se ha producido una desaceleración respecto a las perspectivas iniciales”.
No obstante, y de acuerdo con los datos publicados por la Asociación Nacional de Empresarios Fabricantes de Áridos (ANEFA), los 123,3 millones de toneladas de áridos consumidas en España durante el 2018 están muy lejos del valor pico alcanzado en 2006 en el que el consumo de áridos rozaba los 500 millones de toneladas.
Cabe destacar también que “a nivel europeo España ocupa hoy el noveno puesto en consumo de áridos, por detrás de Rusia, Alemania, Turquía, Francia, Polonia, Reino Unido, Italia y Noruega, mientras que en 2006 ocupaba el segundo puesto” indican desde Áridos Pérez.
Las Comunidades Autónomas que más áridos han consumido para la construcción son Cataluña, Andalucía, la Comunidad Valenciana y Castilla y León. Destaca que Galicia sea la comunidad en la que más ha incrementado el consumo de áridos y que Murcia sea la única comunidad en la que se ha producido un descenso.
Todo parece indicar, por lo tanto, que en lo relativo a los áridos las cosas han mejorado, eso sí, menos de lo que los expertos cabían esperar inicialmente.