«De esta manera, el día a día que vivimos sería un poco fácil y nos ayudaría psicológicamente a los pacientes». Son palabras del delegado en Euskadi y Navarra de la Asociación Nacional de Personas Amputadas (ANDADE), Manuel Quesada, entidad que organizó junto COEGI la jornada multidisciplinar «Conoce el proceso de amputación y las necesidades de los pacientes»
Profesionales sanitarios y pacientes profundizaron en las necesidades sanitarias, psicológicas y sociales que tienen las personas amputadas durante el proceso de amputación y protetización, «un proceso que cada persona vive como algo único y propio». Se puede visualizar la sesión completa aquí.
La sede del Colegio Oficial de Enfermería de Gipuzkoa (COEGI) ha acogido una jornada multidisciplinar para conocer las necesidades sanitarias de las personas amputadas y la actividad de los servicios implicados en el proceso de amputación. Organizada por la Asociación Nacional de Amputados de España (ANDADE) en colaboración con el COEGI, la sesión, retransmitida en streaming, contó con testimonios de profesionales sanitarios y pacientes.
ANDADE es una asociación sin ánimo de lucro de personas voluntarias que brinda apoyo a los pacientes antes y tras la amputación. «Estamos a pie de cama, les escuchamos y damos apoyo para hacerles saber que la vida no se para. Es muy importante que los profesionales sanitarios informéis a los pacientes de que cuentan con el apoyo de una asociación porque esto les ayuda mucho a no sentirse solos durante todo el proceso», subrayaba Manuel Quesada, delegado en Euskadi y Navarra de ANDADE.
En su alocución subrayó que «somos personas dependientes, aunque podemos ser independientes siempre que pudiéramos llevar nuestras prótesis, tanto del miembro superior como inferior». En este sentido, Quesada recalcó que «nos gustaría poder hacer ver a las administraciones las necesidades y carencias que vivimos para que se nos haga un poco fácil; esto ayudaría psicológicamente a pacientes en su día a día».
Por su parte, Jesús Muñoz de Ana, psicólogo, expuso durante su intervención los objetivos que los profesionales de la psicología a la hora de «acompañar» a una persona amputada: «Preguntamos, estamos para ayudar, acompañar al paciente a convivir con la nueva situación de la mejor manera posible. Nos centramos mucho en la persona y su familia y, la mejor manera de alcanzar estos objetivos, es desde la atención a los detalles y la comunicación».
En esta línea, el psicólogo incidió en que cuando sucede una experiencia como la amputación «las reacciones y preguntas de cada persona, de cada familia, son únicas, propias. Es fundamental analizar lo particular de cada caso. Por ejemplo, previo a la amputación preguntarnos qué puede ayudar a esta persona a poder contar y expresar lo que está viviendo».
Asimismo, Jesús Muñoz de Ana incidió en la importancia de acompañar al paciente en el paso del hospital al domicilio «porque es algo, el futuro, que trae mucha incertidumbre. Es un tiempo de duelo que requiere de su proceso. El apoyo familiar y comunitario es también fundamental y, en este sentido, el espacio asociativo es sumamente importante», recalcó.
Por su parte, el podólogo Gabriel Rivera, habló sobre la úlcera del pie diabético aportando cifras como que cada 20 segundos se amputa una pierna por Diabetes Mellitus. «La patología que tratamos no es una úlcera, es muchísimo más. Vemos lo que está en la superficie, pero la úlcera es solo como la punta de un iceberg«, señaló. En su intervención, Rivera subrayó la importancia de detectar complicaciones (isquemia e infección), de derivar a tiempo y de cumplir el estándar de tratamiento.
José Mª Parra, enfermero en el Servicio de Cirugía Vascular del Hospital Universitario Donostia (HUD), expuso las características de pacientes que llegan a la unidad de cirugía vascular y los diferentes cauces de acceso (derivados por el servicio de urgencias o por las consultas de cirugía vascular). En cualquiera de los casos, subrayó el importante papel de las y los profesionales enfermeros durante el ingreso y estancia hospitalaria de estos pacientes. «Desde la valoración integral en su ingreso, la primera cura y valoración de la herida quirúrgica, las curas diarias, analgesia, o el abordaje del dolor del miembro fantasma (mediante tratamiento farmacológico y no farmacológico)… En todas estas actuaciones el rol de las enfermeras para evitar complicaciones es fundamental«, dijo.
Salvador Iván Carbajo, jefe del Servicio de Rehabilitación en el HUD, expuso el proceso de valoración y los objetivos en rehabilitación tras la amputación mayor de extremidad inferior, en función de la causa de la amputación (vascular, traumática, tumoral u otras) y del nivel de amputación. «Más del 75% de las amputaciones de miembro inferior son de origen vascular y esta cifra se eleva al 90% en las personas mayores de 90 años. Para organizar un proceso rehabilitador óptimo no contamos con una base científica, el conocimiento empírico y la experiencia clínica son fundamentales», expuso.
El facultativo subrayó que, para abordar ese proceso rehabilitador, son esenciales aspectos como una historia clínica que integre la situación física previa, el estado cognitivo y anímico previo, la historia social/familiar (entorno, barreras arquitectónicas, rede de apoyo…), medicación y dolor, «diferenciando el dolor posquirúrgico, síndrome miembro fantasma y dolor del miembro fantasma». El nivel de amputación marca los objetivos a establecer en el Servicio de Rehabilitación, «siembre buscando conseguir la mayor independencia funcional de forma segura y calidad de vida del paciente. Esos objetivos deben ser revisables periódicamente. Además, es importante no tomar durante las primeras semanas la decisión de protetización», señalo.
Proceso largo, adaptativo y exigente
Por su parte, Ainhoa García Azkue, fisioterapeuta en el Servicio de Rehabilitación del HUD, recordó que «todo el control motor que el paciente tenia sobre su cuerpo no le vale y comienza un aprendizaje. Es un proceso largo y adaptativo, además de exigente, en el que le acompañamos desde rehabilitación con una fisioterapia individualizada adaptada a cada persona». La fisioterapeuta incidió en que «el músculo es la nueva polipíldora» y en la importancia de educar al paciente en la importancia de por qué y para qué hacer ejercicio físico, «que es una herramienta básica para recuperar capacidades». En las personas amputadas, en lo que respecta a fisioterapia, «es muy importante empezar cuanto antes y hacerlo adaptada a las capacidades individuales de cada paciente«, enfatizó.
Por su parte, Mikel Arrizabalaga, ortoprotésico del Centro ortopédico TEC (ORTOTEC), expuso diversos casos prácticos de recuperación de personas amputadas, así como testimonios de pacientes, y subrayó que «lo bonito es que al final los pacientes puedan encontrar una calidad de vida que ni soñaban previamente a la amputación«.
Fuente Comunicae