Este primer lunes de octubre se celebra la efeméride con el foco puesto en la búsqueda de comunidades más sostenibles y un hábitat en equilibrio, retos que comparte la metodología Building Information Modeling
La expansión urbana descontrolada y desmesurada es una cuestión preocupante que lleva ya años sobre la mesa, y en este Día de la Arquitectura 2023 que se celebró el pasado lunes, 2 de octubre, está en el foco. ‘Arquitectura para comunidades resilientes’ es el lema elegido por el Consejo de la UIA (Unión Internacional de Arquitectos) para esta efeméride que, desde 1985, se conmemora anualmente cada primer lunes del mes de octubre en paralelo al Día Mundial de Hábitat de las Naciones Unidas (ONU).
Con el tema de este año, la UIA busca poner especial énfasis en la capacidad y responsabilidad de la arquitectura para crear vida comunitaria viable y abrir un debate internacional sobre la relación entre las zonas urbanas y rurales en todos los países. Vinculada a esta efeméride, el Día Mundial del Hábitat 2023 pone el foco en una cuestión similar: ‘Economías urbanas resilientes: las ciudades como motores de crecimiento y recuperación’.
«La expansión urbana descontrolada en todo el mundo amenaza el equilibrio ambiental, social y económico del planeta. Las crisis climáticas, la pandemia mundial y los disturbios políticos en muchos países han revelado desigualdades sociales, económicas y ambientales que amenazan a comunidades de todo el mundo y afectan desproporcionadamente a los pobres y a los grupos marginados», resalta la UIA, recordando que ante esta realidad «el mundo enfrenta la difícil tarea de encontrar la mejor manera de responder a los desafíos climáticos y sociales actuales».
Y ahí es donde entra la importancia de la arquitectura ambiental y socialmente respetuosa, que cuida de las personas y protege el planeta. Una arquitectura que debe priorizar la búsqueda de la eficiencia y la adecuación de los instrumentos de planificación convencionales para la organización de los territorios.
En el Día Mundial de la Arquitectura, la UIA invita a «continuar el debate sobre este tema y fomentar conceptos y políticas de planificación territorial y urbana que permitan a los arquitectos desarrollar soluciones innovadoras y diseñar edificios y espacios públicos viables para comunidades resilientes», con el objetivo de «humanizar a todos, respetar el patrimonio cultural y restablecer la relación con la naturaleza y la biodiversidad».
A esos retos se orienta también la metodología que está revolucionando la arquitectura: BIM (Building Information Modeling). Una innovadora filosofía de trabajo colaborativo que mejora la gestión de proyectos de edificación y obra civil, centralizando toda la información de un proyecto -geométrica o 3D, tiempos o 4D, costes o 5D, ambiental o 6D, y mantenimiento o 7D- en un único modelo digital desarrollado por todos sus agentes.
BIM es sinónimo de eficacia a la hora de planificar y distribuir recursos a lo largo de toda la vida de un proyecto, desde la concepción de su idea hasta la materialización del resultado final. La sostenibilidad está en el ADN de esta metodología, que da respuesta a las demandas y los retos de este tiempo de transformación social, y en la que cada vez más profesionales del sector AECO se forman a través de algún curso de Revit de los muchos que hay en el mercado.
El futuro del hábitat de las comunidades y del planeta es colectivo, y en esa responsabilidad BIM tiene mucho que aportar.
Fuente Comunicae