Tailandia es un país que recibe cada año un mayor número de visitantes. Un total de 38,37 millones de turistas extranjeros viajaron a este país en 2018, según datos del Ministerio de Turismo de España. Además, Bangkok se sitúa por cuarto año consecutivo como la ciudad más visitada del mundo, por encima de París, Londres o la mismísima Nueva York
La gran afluencia de tuiristas a Tailandia se debe a su cultura, su gastronomía, su historia o a la inmensa cantidad de lugares fascinantes como las islas Phi Phi, la pequeña península de Railay, el palacio real de Bangkok, las antiguas ciudades de Ayutthaya y Sukhothai, las cascadas de Erawan, etc.
La mayoría de los turistas siempre visita los mismos enclaves dejando de lado otros no menos importantes. El blog de viajes Viajar es Vestirse de Loco da a conocer cinco lugares poco frecuentados en Tailandia, pero que bien merecen ser vistos.
La cueva de Phraya Nakhon
La cueva de Phraya Nakhon pertenece al Parque Nacional Khao Sam Roi Yot. No suele ser muy visitada pues se encuentra algo alejada de las grandes ciudades.
Lleva el nombre de un exgobernador que la descubrió hace algo más de 200 años, mientras buscaba refugiarse de una tormenta.
La cueva Phraya Nakhon es de piedra caliza y está formada por 3 cavernas, 2 de las cuales tienen lucernarios (aberturas en el techo por donde se filtra la luz solar). Gracias a los rayos del sol que se cuelan en las entrañas de la gruta, numerosas especies vegetales han echado raíces.
En 1890 el rey Rama V realizó una visita real y ordenó levantar un pabellón en lo alto de un montículo, en mitad de la última caverna. Se construyó a mano en Bangkok y se trasladó por piezas al interior de la cueva, donde se ensambló.
Y esa es la imagen más representativa de la cueva de Phraya Nakhon, el pabellón real bañado por los rayos del sol que se filtran por la techumbre.
El lago de los lotos rojos
En el distrito de Kumphawapi, en la provincia de Udon Thani, al noreste de Tailandia, se ubica el lago de los lotos rojos, también conocido como mar de los lotos rojos o Talay Bua Daeng, para los tailandeses.
Al igual que la cueva de Phraya Nakhon, este lago se encuentra un tanto alejado de las principales ciudades y destinos turísticos del país. Por ese motivo no son muchos los viajeros que se acercan por estos lares.
Como la mayoría de las flores, los lotos son caprichosos y únicamente son visibles desde primeros del mes de diciembre hasta finales de febrero. Y para más inri, los lotos se abren de madrugada, por lo que una buena hora para visitar el lago es desde las 6 de la mañana hasta las 10 aproximadamente. Además, a esta hora, se puede disfrutar de un luminoso amanecer en el lago.
Palacio Bang Pa-In
A orillas del río Chao Phraya, en la provincia de Ayutthaya, se ubica el Palacio Real Bang Pa-In, también conocido como “Palacio de verano”. Fue residencia real durante muchos años, aunque ahora solo es utilizado por la realeza tailandesa para diversas reuniones y eventos.
El complejo está dividido en dos secciones: el palacio exterior y el interior. La parte exterior se compone de diversos edificios para usos públicos y ceremoniales y la parte interior se reserva para el rey y su familia.
Entre los diversos edificios que componen el complejo destacan la mansión china, la torre observatorio -desde la que se puede subir a lo más alto y contemplar todo el recinto- y por supuesto el Phra Thinang Aisawan Thiphya-art, un pabellón de estilo tailandés que data de 1876 y que está ubicado en mitad de un estanque.
El Parque Nacional de Kui Buri
El elefante es el símbolo de Tailandia. Aun así, resulta muy complicado encontrar esta especie viviendo en total libertad dentro del país.
Uno de los lugares donde poder verlos es el parque nacional de Kui Buri, con casi 1000 kilómetros cuadrados de extensión. Este parque se fundó en 1999 y ahora alberga más de 300 elefantes junto a otros animales, entre los que cabe destacar los gaures (unos bovinos salvajes, también conocidos como seladang), gibones, langures, tapires y leopardos.
Aunque este lugar no tiene tantas especies salvajes como otros parques del país, es conocido porque posee multitud de áreas accesibles que facilitan la observación de los diferentes animales que allí habitan.
El Parque Nacional de Khao Sok
Sin dejar de lado la naturaleza ni los parques nacionales, quizás sea el de Khao Sok el más conocido de los cinco enclaves propuestos. Aun así sorprende la poca afluencia de visitantes que tiene en comparación con otros emplazamientos que no le superan en belleza.
En el parque nacional de Khao Sok destaca principalmente el lago Cheow Lan, salpicado por multitud de formaciones rocosas que emergen del agua cubiertas de una intensa vegetación que le da un color vívido al paisaje.
Además, cabe la posibilidad de realizar diversas actividades por la zona, como caminar por la jungla, ya sea de día o de noche, en busca de la flora y fauna del lugar; visitar alguna de las diversas cuevas del parque; bañarse en el lago o navegar en kayak por el mismo. También se puede pernoctar en una de las casitas flotantes situadas en dicho lago y ver amanecer o atardecer desde allí.
La web Viajar es Vestirse de Loco diseña viajes a medida y también organiza viajes en grupo, de manera que se puedan visitar todos estos enclaves y compaginarlos con los lugares más conocidos de Tailandia.