Acertar, innovar y sorprender a los empleados, a los accionistas y a los clientes no siempre es sencillo, pero Arêna Pacific propone una solución.
Durante los últimos años se está viviendo un cambio absoluto en la forma en el que las empresas definen sus propias estructuras y eventos. Buscan proyectar exclusividad para marcar así la diferencia.
Es ahí donde Arêna Pacific, empresa especializada en la organización de eventos corporativos, observa el cambio y ve una clara tendencia en los viajes como incentivo.
“Se está buscando romper con los esquemas para disfrutar de nuevas experiencias compartidas tanto con los stakeholders como con los componentes de la plantilla. Planificar hoy en día una junta de accionistas en la Polinesia Francesa o en Hawái está siendo la clave para muchas multinacionales americanas. Y es una tendencia que está ya llegando a Europa” explican desde la compañía.
La demanda de experiencias únicas y exclusivas está en aumento, impulsada por un cambio generacional que busca el reconocimiento y la diferenciación. Son exigentes y prefieren destinos exóticos con una estética instagrameable, actividades donde prime la relajación y el bienestar, alternadas con otras de aventura.
Se da más importancia a aquellas de tipo educacional, al enoturismo y a la cocina de calidad. Están más concienciadas con el respeto al medioambiente y con la Responsabilidad Social Corporativa, queriendo aportar su granito de arena con proyectos que ayuden a las comunidades locales.
¿Por qué plantearse un viaje tan lejos para celebrar los eventos?
En primer lugar, destacan por sacar del contexto de la propia empresa a todas las partes implicadas. Se trata de que la cita sea en sí misma también una recompensa.
Los viajes de incentivo se ha demostrado que son una de esas fórmulas originales, innovadoras y rompedoras para diferenciarse de la competencia.
Según los últimos estudios, las compañías que cuentan con programas de reconocimiento de empleados han logrado mejorar el compromiso y la moral de los empleados, refuerzan los valores de la empresa y crean una cultura empresarial unificada. De hecho, más del 75% de los trabajadores reconoce que trabajarían más duro con un objetivo y recompensa claro.
Presentaciones, team buildings al llegar a los retos planteados a principio de año, recompensa por aniversario de los trabajadores, prejubilación del equipo…cualquier excusa vale para poner rumbo a uno de los paraísos más espectaculares del planeta y crear ese vínculo corporativo que no se olvidaría nunca.
“Pasamos la mayor parte de nuestro tiempo en las empresas y, hoy, se busca volver a tener esa conexión que tenían nuestros padres y abuelos con su lugar de trabajo como para comprometerse y desarrollar la carrera profesional en la misma. Pero para ello, las empresas deben potenciar su talento, recompensar su implicación” explican los planificadores de este tipo de viajes, que reconocen que más del 60% de la plantilla los percibe más interesante que la bonificación ya que así se obligan a disfrutarlo.
La Polinesia Francesa, además, se está consolidando como uno de los destinos de lujo menos transitados por el momento, por lo que es interesante beneficiarse de ese halo de éxito actual para proyectar la imagen corporativa.