Muchas cosas han cambiado en Bodegas Valdelacierva desde que se uniera al grupo Hispanobodegas presente en Rioja, Ribera del Duero y Rueda. Bodegas Valdelacierva sita en Navarrete (Rioja Alta) está formada por un equipo joven, capitaneado por la enóloga Emma Villajos
Una joven enamorada del proyecto que cayó en sus manos hace años y que hizo suyo desde el primer momento: “creo en evolucionar y no en revolucionar y además llevo a cabo los proyectos, con nuevos aires pero con el respeto al vino, a su calidad y a la diversidad que me da la tierra. Disfruto con el reto”.
¿Y qué se necesita para ser un buen vino de Rioja?
Primero, respetar las normas que establece el ser una Denominación de Origen y en este caso Calificada, que supone un plus dentro de la calidad. Además, hay que añadir la tipicidad y personalidad que marca el terruño de la tierra de Rioja (delimitada a las zonas de Rioja Alta, Alavesa y Baja) y siempre elaborar vinos con las variedades de uva permitidas tanto blancas como tintas. En el caso de Valdelacierva sólo elabora vinos de calidad con Tempranillo y Garnacha aunque la Denominación de origen Rioja permite Graciano, Mazuelo y Maturana para tintos y nueve más para blancos (Viura, Malvasía, Garnacha blanca, Maturana blanca, Turruntés, Chardonnay, Sauvignon blanc y Verdejo). Estas entre otras son las normas que podemos encontrar dentro de la legislación de la DO
«En bodegas Valdelacierva nos sentimos identificados por completo con esta filosofía de garantia. En los procesos de elaboración, la bodega combina las más modernas tecnologías con métodos artesanales que contribuyen de manera decisiva a diferenciar entre ‘buenos vinos’ y ‘grandes vinos’. Como ejemplo, son las altas puntuaciones que tienen sus vinos en las guías (en la última edición de la Guía Peñín, 13 de sus vinos están por encima de 90 puntos) o que su vino Valdelacierva Grano a Grano haya sido Vino revelación en el 2019 y conseguir agotarse en sus primeros meses de vida».
El resultado de esta manera de entender “el mundo bodega” se plasma en forma de vinos con enorme carácter y personalidad como la Gama Valdelacierva o los vinos especiales de la familia ALFAR. En definitiva, unos vinos característicos de La Rioja. También ayuda a que cuenta con el control de más de 200 Hras. de viñedo que se reparte en pequeñas parcelas con cepas de 25-130 años de antigüedad.
Emma Villajos, la enóloga, trabaja los vinos de rioja de forma diferente pero sin perder el ADN del terruño y siendo fiel a una filosofía: “Apostar por lo autóctono sacando el mayor partido a la fruta conjugando las particularidades del suelo, el clima y la variedad de uva, sin fórmulas, sino con prácticas en el trabajo que preserven y mantengan lo mejor de nuestro terruño”. Convencida de que el buen vino parte de la calidad de la uva, ha dedicado estos años a reinterpretar el viñedo, dejando en el camino uva de la zona alrededor de la bodega (Navarrete) para llegar a vincularnos con viticultores de tradición dando protagonismo a la tipicidad y personalidad que marca la tierra sin otras intervenciones en los procesos de vinificación que no estén directamente relacionados con esta filosofía.