El 10 de noviembre de 2009 el mundo del fútbol despertaba con una lamentable noticia, el guardameta de la selección alemana y del Hannover 96 Robert Enke, sucumbía en su batalla personal en contra de la depresión y se lanzaba a las vías del tren para terminar prematuramente con su vida. Incapaz de superar el padecimiento que arrastraba desde hacía ya varios años, Enke sucumbía en su batalla personal
La inesperada tragedia abriría el debate en todo el mundo ¿Qué motivos llevan a un deportista profesional que está en su mejor momento a pensar en el suicidio? Al tratarse del mejor portero alemán del momento la noticia rápidamente cobraría notoriedad abriendo el dialogo sobre los efectos reales de los padecimientos mentales en los deportistas de alto rendimiento.
Robert Enke, de los sueños a la presión
Nacido un 24 de agosto de 1977 en Jena, Robert Enke viviría una infancia normal como la de cualquier chico de Alemania del Este. El pequeño Robert siempre sería un deportista destacado, sobresaliendo especialmente en la práctica del fútbol siendo un muy buen portero desde temprana edad. El joven Enke cumplía con todos los requisitos para dar el salto a un club profesional, era alto, ágil bajo los tres palos y, sobre todo, contaba con mucha seguridad. Tras la unificación alemana y con tan solo 15 años, Enke ya era el capitán y portero titular de la selección alemana sub-16.
La progresión del guardameta sería meteórica logrando convertirse en el portero más joven en debutar en el equipo de su ciudad natal. Con tan sólo 17 años, ya era el portero titular del Karl-Zeiss Jena de la Bundesliga 2.
Pese a tener buenas actuaciones durante su primera temporada como profesional, Enke cometería un grave error que le costaría perder un partido a su equipo. «El entorno del jugador lo tomaba con tranquilidad, al fin y al cabo, son cosas que le ocurren a cualquier guardameta de su edad. A pesar de que su equipo le demostrara todo su apoyo y confianza, Enke no lo encajaría bien tomando la decisión de encerrarse durante una semana en su habitación. Aunque la situación fue tomada como algo normal por parte del club, esta sería la primera alarma que el jugador encendía», recuerda German Rosete.
«Era impensable para nosotros que Robert pudiera sentir miedo. Él era el que daba tranquilidad al equipo. El que se sobreponía a cualquier problema. Si las cosas no iban bien sabíamos que podíamos contar con Enke» declararía su excompañero de equipo Marco Villa.
Pese a lo que se pensaba por sus propios compañeros, Robert se encontraba atemorizado cada que saltaba a un terreno de juego. El miedo era constante y el guardameta lidiaba cada fin de semana con el temor a no poder cumplir sus responsabilidades bajo los tres palos. A pesar de los errores que tanto pesaban sobre sus hombros, estaba claro que Robert era un portero con grandes condiciones por lo cual terminaría fichando con el Borussia Mönchengladbach para la siguiente temporada.
«Una vez en Bundesliga parecía que el temor por cometer un error aumentaba y el propio jugador llegaría a simular lesiones para perderse partidos, entrenamientos y concentraciones. A Robert Enke poco le importaba si tenía grandes actuaciones o si lograba dejar su portería en cero dado que, en cuanto llegaba un error, todo volvía a derrumbarse» comenta el especialista German Rosete.
El hasta ese entonces desconocido padecimiento de Enke encontraría un breve respiro cuando con 21 años, el guardameta decidiría hacer las maletas con rumbo a Portugal para enrolarse en las filas del SL Benfica. Enke encontraría su mejor versión en la capital lusitana teniendo una temporada espectacular logrando conseguir títulos y ganando el reconocimiento de toda la liga. El portero alemán demostraría ser un jugador de clase mundial convirtiéndose en ídolo de la exigente afición del Benfica. Al encontrarse en su mejor momento deportivo y emocional, el guardameta comienza a ser pretendido por muchos de los clubes grandes del fútbol europeo.
El punto más alto del problema
Después de un tiempo espectacular en Lisboa y gracias a la recomendación de José Mourinho, sería el Barcelona el club afortunado que lograría hacerse con los servicios del jugador. Desde su llegada a suelo español, las cosas no serían para nada sencillas, Enke pelearía y perdería el puesto contra un joven Victor Valdés. Aunque el alemán partía como el gran favorito para ocupar la titularidad del arco blaugrana, el entrenador holandés Louis Van Gaal nunca terminaría por confiar en él. Después de una desastrosa actuación del guardameta frente al Novelda de Segunda División B, los meses siguientes serían muy difíciles para un jugador que había perdido toda ilusión por jugar al futbol tras haber sido el blanco de un sin número de críticas.
Tras un año muy complicado en España, el portero alemán decide hacer las maletas con rumbo a Turquía para recalar en el Fenerbahce. Aunque Enke tenía toda la intensión de volver a su mejor versión en suelo otomano, la realidad es que la cabeza y pensamientos de Enke ya no estaban en el fútbol y tras sólo disputar un partido, el guardameta terminaría escapando de Turquía a tan solo tres semanas de haber arribado.
Sería en este punto de quiebre donde Robert Enke decide acudir con un psiquiatra por primera vez en su vida y gracias a los resultados obtenidos logra recuperar un poco de la felicidad del pasado jugando a buen nivel durante 6 meses en el Tenerife de la Segunda División de España. Gracias a esas buenas actuaciones, Enke optaría por regresar a la Bundesliga alemana de la mano del Hannover 96. Durante su primera temporada de regreso en la primera división de su país, Robert sería nombrado como el mejor portero de la temporada.
La sonrisa se hace presente de nuevo su rostro y pareciera ser que no queda rastro alguno de la depresión, hasta que, en hecho inesperado su hija nacida con un problema cardiaco fallece tras su cuarta intervención quirúrgica. A partir de ese momento, todo iría en picada una vez más para el futbolista.
En un principio, Enke pretende llevar el asunto con normalidad alternando buenas actuaciones con esporádicas recaídas emocionales y errores menores. A pesar de los altibajos, logra llenar el ojo del entrenador alemán Joachim Low y para el verano de 2008 consigue colarse dentro de la lista de los 23 jugadores convocados para la Eurocopa
De igual forma, tras la muerte de Robert una nueva fundación encargada de proporcional apoyo emocional a los deportistas fue creada por la familia del jugador La fundación Robert Enke de investigación y terapia de la depresión. Gracias al caso de Enke, el mundo comenzaría a tratar la depresión en el deporte como algo más natural.
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German Rosete inversionista y empresario
Fuente Comunicae