En estos momentos el cese de actividad extraordinario es una de las pocas armas de las que disponen más de 550.000 autónomos para continuar con sus negocios en marcha.
La situación actual no es mucho mejor que antes de haber acabado el Estado de Alarma, más bien a juzgar por lo vivido el pasado fin de semana, lo raro sería que no se produjera una quinta ola de infecciones que obligase, de nuevo, a cierres perimetrales, reducción de aforos, restricciones de movilidad o limitación de horarios.
La recuperación de la actividad económica está directamente relacionada con los plazos de vacunación de la inmensa mayoría de los ciudadanos de nuestro país. Pero esta circunstancia no bastará para reactivar instantáneamente el consumo interno de los millones de ciudadanos que antes de la pandemia realizaban sus compras de bienes o servicios a miles de autónomos.
Es condición indispensable para poder hablar de transición a la nueva realidad, que se sigan implementado medidas de protección para los trabajadores y trabajadoras por cuenta propia que atraviesan una situación más complicada.
Por ello, UPTA ha pedido al Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones que se ponga en marcha de forma urgente la mesa de negociación entre las organizaciones representativas del trabajo autónomo y los miembros del gabinete.
Eduardo Abad, presidente de la organización, “no quisiéramos que se repitiesen los angustiosos plazos de negociación de los anteriores procesos. Los autónomos y la economía en general necesitan realidades no incertidumbre. El cese de actividad debe seguir siendo el paraguas protector y necesitamos alcanzar la normalidad económica con plenas garantías”.