El Festival Internacional Purple Weekend de León, organizado por Centro León Gótico y patrocinado por SON Estrella Galicia, que este año alcanza su XXIX edición, es el gran activo musical de la ciudad. Se celebra del 6 al 9 de diciembre en este 2017, pero su repercusión se reproduce a lo largo de todo el año y traspasa fronteras convirtiéndose en un acontecimiento de carácter nacional e internacional. Es la gran cita festivalera que remata el año. Pero su alcance también supone para León una propuesta de actividad cultural, turística, de comercio y hostelería, y económica en general, que beneficia a todos los sectores implicados.
La media de asistentes al Festival Internacional Purple Weekend de León ronda ya los 11.000 espectadores, que durante los días de celebración participan tanto de la programación del evento como de las propuestas con que cuenta León como reclamo turístico y cultural. En definitiva, el festival se integra en la ciudad como una suma que tiene que beneficiar a todos. El guión es musical pero el volumen también incluye ser altavoz y promoción de León. El impacto económico estimado de la pasada edición fue de 1,6 millones de euros.
La repercusión del Purple Weekend se traduce en la presencia en medios tanto locales como nacionales, especializados como generalistas, que tanto antes como durante el evento se hacen eco del acontecimiento. Por supuesto, la repercusión en redes sociales se multiplica, desde la labor de la propia organización y la que aportan los asistentes, posicionando al festival como la gran noticia musical que ocurre en España durante estos días.
En cuanto a público conviven a la perfección los aficionados especializados junto a los que se acercan al Purple Weekend por curiosidad o conocer el ambiente que se vive esos días en León y provincia. Algo, que viene ayudado por una programación en la que hay varias sedes, varios escenarios, actividades que van desde los conciertos a otras citas como exposiciones y encuentros de diferente índole, que con el ingrediente añadido de celebrarse a lo largo de todo el día, con las posibilidades que ofrece, consigue que la ciudad baile mañana, tarde y noche.
Si el Purple Weekend empapa León de música en cuanto a cantidad, los años también han demostrado que lo hace en calidad. Con una selección artística que lo aleja de festivales replicantes en cuanto a cartel. Porque desde el carácter de festival especializado en rocanrol clásico, con el rhythm and blues como bandera, con la presencia de bandas legendarias, conciertos únicos, y otros que en plena actividad apuestan por la calidad como propuesta sonora, lo que pasa por el Purple Weekend siempre tiene la etiqueta de especial.
La prestigiosa revista musical Ruta 66 se hacía eco ya de primicias del cartel de este año al anunciar la presencia de los australianos Lime Spiders en fecha exclusiva, o con Redd Kross y The Event en lo que constituiría un formidable tridente como cabezas de cartel. Durante otros años también ha habido nombres que se salen del listado para convertirse en noticia individual. Si hace ya unos cuantos años, por el Purple Weekend pasó The Knack, autores de aquel incontestable My Sharona que se convirtió en éxito popular hasta en las incipientes radio fórmulas, años después fue el turno de Booker T, que en su caso sería apostar por la carrera completa de un artista delicatesen, legendario y fundamental. Pero son sólo muestras de una programación por la que desfilan una veintena de bandas por edición.
El público es también el gran protagonista del Purple Weekend. Su presencia es indispensable en todas las actividades que se desarrollan a lo largo del día. Y que hace que además de llenar los recintos festivaleros del Purple luego aporte con su curiosidad el conocer los diferentes rincones y la atractiva oferta en general de León, ahora como ciudad turística y siempre como capital gastronómica.
Purple Weekend Revolution
La Revolución del Purple Weekend es la involución bien entendida. Porque revolucionario es ser un festival único en su filosofía entre los muchos que pueblan el panorama patrio. Ponerle el punto final al año con una apuesta de largo alcance en el tiempo y el espacio. Y, desde la modestia, tirando hacia el córner del Noroeste, evolucionar para llegar a esa filosofía por el camino de los grandes grupos, las grandes canciones, el Rock and Roll, no como marca divisoria sino como aglutinador de todos los estilos. Llegar al punto en el que los árboles dejan al fin ver el bosque. Y ver también los árboles. Verlo todo. Y que la maraña clasificatoria de estilos no retrase el gran momento: la música. Que además, no sólo no pierde las esencias anteriores, sino que las conserva como oro en paño. Caben todos en máximo estado de creatividad. Las bandas llegan con su libro para que sea leído a todo volumen. El respeto del Purple Weekend a sus bandas es máximo. Todo está servido para el mejor público. Lo oirás con tus propios ojos.