Raquel García entrevista a varios profesionales del sector de la peluquería y cuentan de primera mano cómo han vivido y están viviendo estos momentos de la «nueva normalidad» y las nuevas normas de distanciamiento y seguridad
La finalización del Estado de Alarma ha supuesto el inicio de la llamada “nueva normalidad” y el hecho de que todos los sectores han tenido que reinventarse y adaptarse a esta nueva situación. Uno de ellos ha sido el de las peluquerías, ya que ahora tienen la obligación de trabajar con mascarillas, pantallas y desinfectar todo entre cliente y cliente.
¿Cómo viven las peluquerías la nueva normalidad?
Tras un estudio realizado a varias peluquerías, de distintas ciudades, estas son las principales conclusiones sobre su actual situación:
Listas de espera
Según las principales peluquerías encuestadas, la tramitación de las listas de espera no ha supuesto un gran problema, ya que la mayoría realizan la solicitud de la cita por teléfono o por Internet, a través de la propia página web del local, como ocurre en la peluquería-barbería de caballeros Valdevellos, en Madrid.
Eso sí, la mayoría de ellas aseguran que lo que ha disminuido es el confort en la espera de los clientes, ya que no se pueden intercalar a varios clientes a la vez y es imprescindible garantizar los 2 metros de seguridad; además, los clientes tienen que indicar exactamente lo que desean hacerse, para poder calcular el tiempo.
Nuevas normas de seguridad
Todas las peluquerías garantizan que es más complicado trabajar con mascarillas, pantallas y desinfectar toda la sala después de cada cliente, especialmente los primeros días en los que fue más complicado la adquisición de los equipos de protección individual, como aseguran desde Elena Cabezas, una peluquería de Valladolid.
Además, en muchos casos, la falta de tiempo y de proveedores obligó a las peluquerías a abrir una semana más tarde, ya que no encontraban el material de protección adecuado, tenían que desinfectar todo el local y establecer un protocolo de actuación con el equipo, como ocurrió en la peluquería MDV, en Sevilla, donde terminaron hablando con la Asociación de Peluqueros para garantizar la compra de los materiales de forma segura.
Dificultades
Una de las principales dificultades que viven ahora mismo las peluquerías es el tiempo; ya que tienen que desinfectar todo entre cada cliente y esto entorpece la agilidad y la organización de la agenda.
Además, el ejecutar el trabajo con las mascarillas, tanto los clientes como los trabajadores, entorpece la comodidad del trabajo y su correcto desarrollo. Aún así, las peluquerías aseguran que entienden la situación y que cumplen las normas más estrictas para evitar cualquier posible contagio.
¿Disminución de clientes?
A diferencia de otros sectores, las peluquerías tienen una afluencia igual o mayor que antes de la pandemia. Durante los primeros meses del Estado de Alarma, algunas peluquerías a domicilio, como Yatepeino, en Madrid, veían que la demanda aumentó notablemente, especialmente entre el público masculino.
Durante el mes de mayo también se vivió un gran aumento de clientes en todas las peluquerías del país, aunque durante el mes de junio volvieron a la normalidad. Lo único que ha cambiado ha sido la asiduidad de los/as clientes para aducir a los salones de belleza o peluquerías, ya que no es tan frecuente como antes de la pandemia.
Trabajo sumergido
Tras este estudio, todas las peluquerías aseguran que el trabajo sumergido en el sector existe, desde siempre; además, en la actualidad, la desconfianza puede llevar a muchos clientes a buscarse la vida de otra manera y muchos profesionales desempleados que disponen de tiempo y pueden abaratar los precios, ya que no tributan y pueden seguir prestando el servicio de forma individual.
En cualquier caso, el trabajo de las peluquerías en la nueva normalidad continúa como hasta ahora, solo que de forma más personalizada y con una mayor desinfección para garantizar una estancia segura de los clientes y los profesionales.