Las ciudades y villas que forman parte de la Red Medieval, ya están preparadas para acoger a todo aquel que quiera disfrutar de un turismo tranquilo, en incomparables marcos históricos y naturales, en la época post-Covid. Se inicia un recorrido, de norte a sur, empezando por Hondarribia (Guipúzcoa), Laguardia (Alava) y Estella-Lizarra (Navarra)
La Red de Ciudades y Villas Medievales la integran once localidades de entre 600 y 18.000 habitantes, que se unen con el objetivo de promocionar y difundir el legado de un pasado medieval que se ha conservado hasta nuestros días. Todas y cada una de ellas están enclavadas en incomparables parajes naturales que ofrecen actividades de ocio saludable en entornos extraordinarios.
Las circunstancias que se han vivido los últimos meses y la llegada de una nueva normalidad en la que guardar la distancia social se ha convertido en una necesidad, hacen de los municipios que forman la Red, sitios ideales a los que viajar para disfrutar de manera segura. Gracias a su oferta turística, el viajero puede recorrer la península de norte a sur alojándose en lugares donde encontrará arte, naturaleza y cultura, en municipios que tienen en común su belleza medieval, pero tan distintos entre sí que nunca dejan de sorprender.
En el norte se encuentran Hondarribia (Guipúzcoa), Estella – Lizarra (Navarra) y Laguardia (Álava), localidades que se han visto poco afectadas por el virus, incluso en los peores momentos de la pandemia, y cuyos comerciantes y hosteleros trabajan para cumplir rigurosamente las indicaciones sanitarias, apoyados y supervisados por sus respectivos ayuntamientos. Hermosas ciudades que ahora ofrecen grandes ventajas frente a otros destinos turísticos más masificados.
Hondarribia es la ciudad de la red situada más al norte y la única costera. Cuenta con un patrimonio arquitectónico, cultural y natural importantísimo, ideal para visitar en cualquier época del año. Pasear por sus calles y realizar actividades al aire libre, son según María Serrano, su concejal de turismo, una forma excelente de disfrutar de manera segura en un entorno en el que las aglomeraciones no existen.
Nagore Trepiana, concejal de turismo de Laguardia en Álava, comenta cómo el hecho de tener pocos habitantes, 1.500, ha sido una ventaja a la hora de controlar y aplicar de las medidas sanitarias, lo cual ha supuesto que la adaptación del municipio, a los nuevos protocolos de seguridad e higiene haya sido mucho más rápida y eficaz. Y destaca como las localidades más pequeñas, en ocasiones como ésta, puede ofrecer los mejores servicios.
Estella-Lizarra, con tan solo 80 positivos en sus más de 16.000 habitantes, se encuentra en una de las zonas de salud de Navarra con menor incidencia del virus. “Quienes nos visiten pueden sentirse seguros. En esta época post-Covid, Estella es un destino perfecto para aquellas personas que busquen descansar y disfrutar de un ocio atractivo y seguro” afirma el concejal de turismo, Pablo Ezkurra.
En definitiva, estas ciudades tratan de ofrecer, tanto al visitante como a sus propios vecinos, la mayor seguridad sin renunciar a los mejores servicios. En este sentido, Laguardia, ya ha reactivado las visitas al aire libre, las rutas naturales como la de los dólmenes y ya ha comenzado con las visitas guiadas a los espacios cerrados con aforo restringido. “No queremos que los turistas se pierdan nada por lo que ofrecemos visitas casi a la carta”, afirma Nagore Trepiana. Estas visitas se pueden ya solicitar llamando al 945 600 845 o bien escribir a turismo@laguardia-alava.com
Por su parte Hondarribia, ya brinda visitas guiadas por el casco histórico y visitas especiales para familias con niños complementadas con actividades como la búsqueda del tesoro. El agradable clima del que disfrutan, les va a permitir organizar durante este verano, con las necesarias medidas de seguridad, distintos eventos al aire libre, “por lo que estamos trabajando en una nutrida agenda cultural para los próximos meses y estudiando la posibilidad de no renunciar a ningún evento de los que tradicionalmente se celebran en la ciudad, si no trasladarlos al otoño”, comenta María Serrano. Todo ello sin renunciar a las actividades deportivas que su privilegiada localización geográfica permite, como las rutas de montaña, los paseos en catamarán o la práctica del pádel surf.
También, Estella-Lizarra, se ha convertido en destino turístico de primer orden en el norte peninsular y parada indispensable para aquellos que recorren el camino de Santiago. Estella-Lizarra es una ciudad con casi 1000 años de historia que recibe con los brazos abiertos a quien quiera visitarla. “Este año, tratando de evitar masificaciones se han suspendido las fiestas patronales, con gran pesar”, asegura Pablo Ezkurra, “pero el dinero se va a reinvertir en elaborar un completo programa cultural y de ocio, con actividades seguras al aire libre, dirigidas a todos los públicos. Ya estamos realizando visitas guiadas, y durante septiembre y octubre, ofrecerán, por primera vez, visitas teatralizadas.”
La colaboración en actividades como el concurso internacional de pinchos medievales, que ha convertido a estas villas y ciudades en referente gastronómico internacional, o la organización de eventos deportivos como la propuesta “Red-Corriendo el medievo”, han conseguido estrechar los lazos de unión entre sus miembros. Son estas buenas experiencias, y el trabajo que hay detrás de ellas, lo que hace fuerte a la Red. Ayuda a posicionar a cada uno de sus miembros como destino turístico seguro y potente en esta época post coronavirus, ya que, su tamaño y sus recursos así lo favorecen.
Sobre la Red de Ciudades y Villas medievales
Red de Ciudades y Villas Medievales es una alianza integrada por once municipios de la Península Ibérica cuyo patrimonio medieval les confiere un atractivo turístico de primer nivel. La Red, que atraviesa la península de Norte a Suroeste, tiene como fin la promoción y difusión de estas localidades, en las que el medievo ha dejado su poderosa huella. Almazán, Ciudad-Rodrigo, Consuegra, Estella-Lizarra, Hondarribia, Jerez de los Caballeros, Laguardia, Manzanares el Real, Olivenza y Sigüenza en España, y Marvão en Portugal, integran esta unión de ciudades y villas que encierran imponentes paisajes, gastronomía y oferta cultural.
Entre los fines de la Red de Ciudades y Villas Medievales destaca la promoción turística y la organización de determinados eventos que permitan dar a conocer a un mayor número de personas estas localidades.
Uno de los objetivos marcados del proyecto es poner en valor la riqueza y variedad de recursos de unas localidades, que han sido escenario de importantes acontecimientos históricos, siendo su acervo cultural la marca por las que se las reconoce nacional e internacionalmente.