Se conoce que, en los cinco años posteriores a la gran crisis, el volumen de negocio del sector carpintero decreció un 59,6%. Este dato resulta alarmante si se tiene en cuenta la situación en la que está la sociedad inmersa debido al Covid-19, ya que el sector de la carpintería y las reformas podría sufrir grandes pérdidas
El Ministerio de Sanidad ordenó detener las obras y reformas que se estuvieran realizando en comunidades de vecinos y vías públicas en general.
“La concentración de personas en edificios en los que se están desarrollando determinadas obras de intervención, en los que los trabajadores de la obra deben compartir determinados espacios comunes con residentes u otros usuarios, implica un incremento del riesgo de contagio de coronavirus, por lo que resulta necesario suspender la ejecución de determinadas obras”, señaló el Ministerio para justificar su decisión.
Esta noticia dejó completamente perplejos a muchos ciudadanos, principalmente a aquellos que se encontraban realizando algún tipo de reforma en casa, como cambios en la cocina en Sevilla o en la instalación eléctrica de sus viviendas. Pese a que la medida se tomó pensando en preservar la salud y la seguridad, tanto de trabajadores como de quienes se encontraban en plena reforma, estos últimos se quejaban del cese inminente de la actividad, lo que ha provocado que muchos de ellos no puedan vivir en unas condiciones dignas debido a que no cuentan con todo el espacio habilitado en sus propias casas.
No obstante, el Gobierno ha contemplado el problema y ha propuesto que “están permitidas las obras en casa siempre y cuando no se produzca interferencia alguna con las personas no relacionadas con esta actividad”.
Los trabajos puntuales de averías graves, reparaciones o instalaciones urgentes, también estarán permitidos y se realizarán con la mayor brevedad posible para evitar el contacto entre el afectado por el daño y el trabajador.
Las empresas dedicadas a la carpintería, construcción e instalación de puertas en Sevilla, entre otras actividades, se ven sumamente afectadas, debido a que no responden a los criterios de urgencia que ha propuesto el Estado para poder realizar su actividad. Por esta razón, se prevé que muchas empresas no puedan hacer frente a esta crisis y, tal como sucedió en 2008, se proceda al cierre de muchos negocios como consecuencia.