Rodrigo Martín anunció hoy su renuncia a seguir como presidente de la Cámara de Comercio de Ávila seis meses después de su llegada al cargo, debido a una «pérdida de la confianza en una parte importante del plenario» de la institución cameral. Una situación que, aseguró, le «impide desarrollar» sus funciones «con ilusión». Fuentes de la institución cameral indicaron a Ical, que no han recibido ninguna comunicación oficial de la renuncia al cargo.
La candidatura que encabezaba Martín, arropada por Confae, de la que es vicepresidente, logró 13 de los 16 plenarios. Los otros tres fueron los representantes de la candidatura que lideraba Javier Ildefonso, pero según explica el propio Rodrigo Martín en su carta, buena parte de quienes llegaron con él a la Cámara de Comercio se han ido distanciando.
De hecho para el próximo martes estaba prevista la celebración de un pleno extraordinario en la institución cameral para forzar el cese del presidente. Según varias informaciones, diez de los 16 miembros del Pleno habrían firmado esa petición, lo que indica que al menos siete de los miembros de la candidatura de Rodrigo Martín le habrían retirado su apoyo.
Es el Pleno el que tiene que aceptar la renuncia, una vez que se presente de forma oficial, para que se haga efectiva. Es el vicepresidente primero, David Sahagún, miembro de la candidatura de Martín, quien deberá asumir las funciones de presidente, hasta que se elija sustituto. Además, al ser Rodrigo Martín un vocal propuesto por Confae, esta organización deberá nombrar un sustituto.
En una carta a los medios de comunicación, Rodrigo Martín asegura que «desde el pasado 9 de septiembre, día de mi toma de posesión como presidente de la Cámara de Comercio, he tratado de trabajar para que esta institución tuviera el preponderante papel que le corresponde en la vida económica de la capital y de la provincia», pero al constatar esa pérdida de confianza entre sus propios plenarios y analizar sus circunstancias familiares y profesionales, ha decidido abandonar el cargo.
En este sentido, expone que «ha llegado a la conclusión» de que no dispone «ni del ánimo ni del tiempo necesario para defender los intereses de los comerciantes abulenses y que este es el momento oportuno para dejar esta institución en otra manos».
El escrito de Martín finaliza agradeciendo «a la sociedad abulense y a las entidades, especialmente a la Junta de Castilla y León como órgano tutelante, su ayuda durante estos meses», y puntualiza para acabar que «me ofrezco para continuar a su disposición, así como a la de los empresarios abulenses, como un abulense más que mira con ilusión el futuro de su ciudad y de su provincia».
ICAL