Las primeras pruebas del test rápido se realizaron en paralelo en un hospital de Madrid y en el Instituto de Salud Carlos III y en cuanto se detectó una escasa sensibilidad, se dio orden inmediata de retirada, y se contactó con el proveedor que lo va a sustituir por otro tipo de test.
Ante las informaciones aparecidas sobre la calidad de los test rápidos, es necesario aclarar que el Gobierno, a través del Ministerio de Sanidad, inició hace varias semanas los contactos con varias empresas para la adquisición de test diagnósticos, de los cuales existen varios sistemas en el mercado. El Gobierno adquirió una partida a un proveedor nacional, que los importaba de China y cuyo producto cuenta con el marcado CE.
España se guía por la normativa de la UE y, por tanto, si un producto cuenta con la homologación europea, se puede comercializar y comprar en todo el espacio comunitario.
Además, por parte del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) se analizó la documentación aportada por la empresa respecto a los estudios clínicos realizados por el fabricante chino. También se comprobó que no existía ninguna alerta de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) sobre este producto.
Las primeras pruebas del test rápido se realizaron en paralelo en un hospital de Madrid y en el ISCIII y en cuanto se detectó una escasa sensibilidad, se dio orden inmediata de retirada; y se contactó con el proveedor que lo va a sustituir por otro tipo de test.
Esta operación, que no está relacionada con la compra de material sanitario anunciada ayer por el ministro Salvador Illa, se inició antes de que las autoridades chinas facilitaran nuevos listados de sus proveedores al Gobierno de España. No obstante, esos listados incluyen fabricantes validados y preferentes. En ningún caso consta información sobre la empresa china que, según la embajada, no cuenta todavía con la licencia correspondiente en China.
Por parte del Ministerio de Sanidad sí se hicieron comprobaciones sobre la fiabilidad del proveedor nacional.