Un buen guía es la clave para alcanzar los objetivos definidos en la empresa. En tiempos de crisis, como la que se está viviendo con el COVID-19, esta figura tiene que reforzarse para que su liderazgo sea fuerte y efectivo. Una crisis bien manejada puede convertirse en una herramienta de aprendizaje de cara a futuras situaciones similares.
Un buen líder debe mantener a su equipo unido y motivado en cualquier situación, por muy dura que esta sea. Es la mejor manera de lograr la efectividad. Con estos 7 consejos harás que tu equipo esté unido y salga airoso ante una crisis.
1.- Afronta la realidad y asume el control de la situación
Cualquier situación de riesgo puede dañar la reputación y confianza de tu empresa tanto a corto como a largo plazo. Este es un estado inesperado e inoportuno, por lo que tu capacidad de reacción debe ser muy rápida. Debes tomar el control y abordarla de la mejor manera posible.
Comunícate con transparencia, tus equipos deben saber lo que está sucediendo en la empresa, de esta forma podrán contribuir mejor. El liderazgo en tiempos difíciles consiste en guiar, avanzar y no permitir que el miedo haga que se estanquen.
En estos momentos es esencial cuidar el entorno de trabajo y el clima. Fomentar que tus trabajadores se sientan bien, tranquilos y seguros en un ambiente de trabajo agradable, estimulará su rendimiento y productividad.
2.- Marca metas comunes entre la empresa y los trabajadores
En esta situación, el trabajo en equipo es más necesario que nunca. La empatía tiene que aflorar en todos los miembros del grupo.
Es buena idea reunirse con cada departamento para escuchar sus ideas e intentar fijar unas metas comunes. El objetivo principal debe ser que se controlen y valoren los resultados en conjunto. Esta relación con los trabajadores ayuda a que estén más pendientes de sus tareas, lo que aumentará la calidad del trabajo.
La cooperación hará que todo el conjunto de personas aporte sus conocimientos y sea responsable de las metas comunes que se marquen.
3.- Potencia la comunicación interna
La comunicación es un elemento esencial en esta situación. Comunicarse de forma clara, empática y asertiva es una destreza clave de un buen líder.
Tendrás que dar ejemplo al resto de tu compañía y ser el primero en compartir, comentar y responder a las preguntas que se te planteen para alentar a tus empleados a hacer lo mismo.
Es buena idea abrir nuevos canales de comunicación. Es bueno que los empleados estén informados de la situación y que, de esta forma, sepan de primera mano si ocurre algo que pueda afectarles. Puedes poner en funcionamiento un buzón de sugerencias donde puedan comentar y exponer las inquietudes, opiniones e ideas que puedan afectar a todos.
Pueden ser de gran utilidad las newsletters, circulares y boletines en papel o vía correo electrónico o WhatsApp corporativo. También fomentar las reuniones y los encuentros periódicos para estar al día de todo lo que ocurre en la empresa.
Un líder que emplea tiempo en escuchar y conocer a sus empleados podrá llevar a cabo una comunicación más fluida y clara con ellos.
Prestar atención a las personas que forman parte de tu empresa es de gran importancia en estos momentos, sus propuestas y quejas pueden hacer que todo el equipo aprenda y mejore.
4.- Define un plan de acción y ponlo en marcha
En esta situación, lo mejor es tener todo ordenado y organizado para poder afrontar cualquier problema rápidamente de la mejor forma posible ya que el tiempo es un factor clave.
- Define unos objetivos y plantea una estrategia. Analiza detenidamente la situación, el entorno económico en general y el impacto y alcance que puede provocar en tu empresa.
Los objetivos deben ser muy claros para poder establecer las prioridades y la forma de actuar.
- Designa responsables. Las personas que encabecen a cada equipo deberán estar al tanto del plan de acción, por lo que es buena idea que estén presentes durante su elaboración.
El éxito de este plan depende en gran medida de las personas implicadas en su ejecución.
- Determina las acciones que se van a seguir. Estas deben ser realistas y realizables en el menor tiempo posible. Tienes que plantear todos los pasos a seguir y que estén lo más detallado posible, así su ejecución será más eficiente y rápida.
- Establece unos plazos. La planificación es la base para que todo funcione correctamente y sin imprevistos. Tienes que poder reaccionar a tiempo, no hacerlo podría conllevar consecuencias desagradables. Céntrate en los objetivos a corto plazo, una vez conseguidos, podrás volver a pensar en los resultados a largo plazo.
- Actitud positiva: Es necesaria mucha paciencia y perseverancia para conseguir un plan de acción bien planteado. Pero lo más difícil es la consecución de este, la actuación de la empresa en su conjunto puede determinar el éxito. Adoptar una actitud positiva y transmitirla al resto de trabajadores ayudará mucho a que todo salga de la mejor manera posible.
5.- Delega la toma de decisiones y confía en los responsables
No puedes cargar solo con todo el peso de la empresa, debes confiar en tus equipos y delegar responsabilidades en las personas encargadas de gestionarlos.
Puedes emplear el empowerment, con este recurso podrás delegar la toma de decisiones en las personas más próximas a los distintos procesos productivos de tu empresa, así tendrán una mayor autonomía,se optimizará el rendimiento y, por lo tanto, los tiempos. Es fundamental que estén presentes la disciplina y el compromiso por ambas partes. Si ves a tu equipo preparado, reparte las funciones y apoya las decisiones de tus subordinados.
6.- Fracasar no es el fin del mundo
Si ves tus errores desde un punto de vista optimista, podrás actuar de tal forma que, si se dan situaciones parecidas en un futuro, no los vuelvas a cometer.
Es importante mantenerse positivo. Necesitas a tu equipo para avanzar, por lo que transmitir una buena actitud y controlar las emociones, puede influir en la percepción del personal y motivarlo. Debes animarlo en todo momento y proyectar confianza y optimismo.
Es recomendable que se exponga qué se hará para solucionar cualquier error que haya podido ocurrir. Esto suavizará bastante la situación. Aprender de los errores es muy importante y más en una empresa. Tras esto, crear un plan de contingencia permitirá fortalecer la estrategia de cara al futuro.
Adoptar una actitud de transparencia y admitir los errores, disculpándose abiertamente y de forma sincera, es clave en este proceso.
7.- Ten una visión a largo plazo y actúa siempre con ética y con unos valores claros y marcados
Aunque tengas que establecer un plan de acción a corto plazo, siempre debes tener presente cómo quieres ver tu empresa en el futuro.
Esta es una situación temporal de la que saldrás pronto.
Los valores muestran la cultura de tu empresa, estos tienen que estar siempre relacionados con tus acciones. Establecer los principios, límites y criterios éticos y morales que van a regir el día a día de tu empresa debe ser la base de toda tu estrategia.
Todas las empresas sufren alguna crisis durante su ciclo de vida, es lo natural. En ocasiones, estas pueden ser inesperadas y de una magnitud desmesurada como ha sido la emergencia sanitaria ocasionada por el COVID-19. La información y coordinación de equipos y responsables son esenciales en esos momentos. Algunas empresas han tenido que tomar medidas como el teletrabajo o, incluso, llevar a cabo un ERTE. La clave es que el líder tome las riendas y se convierta en el mejor apoyo de su equipo. El objetivo es reducir al máximo el impacto y la duración que esta pueda tener. De esta manera se podrá volver a la normalidad lo antes posible. Aprender de una situación como esta permitirá que en el futuro puedas estar preparado para cualquier situación crítica.
RANDSTAND